Page 632 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 632
Volumen 1
La verdad desnuda
Vuestra Señoría, siendo servido, proveer y mandar que el Señor Corregidor de
Tinta haga la caución jurada de parendo mandatis Eclesic, y fecho absolverlo
incontinenti de la excomunión, y exhortar al Ilustre Secular Cabildo, Justicia y
Regimiento de esta Ciudad, se abstenga de intervenir en negocios ajenos de su
jurisdicción, y de repetir exhortos en esta materia, bajo de la protesta de que
en caso contrario, se informará al Excelentísimo Señor Virrey, y a los Señores
Ministros de la Real Audiencia de Lima la usurpación que en esto hace de las
Regalías del Real Patronato, y arrogarse el conocimiento de causas eclesiásti-
cas per vian violente, o lo que fuere del superior arbitrio de Vuestra Señoría.-
Estudio y Agosto 3 de 1780.-Doctor Iturrizarra».
Apéndice VI
«Excelentísimo Señor.-Aquel celo que debe conducir a los jueces por
las sendas de la Justicia, y aquella fidelidad inseparable de todo vasallo de
honor hacia su Soberano, me obligan a representar a Vuestra Excelencia,
considerándole viva imagen suya, y en cumplimiento de una moderna Real
determinación, las perniciosas ideas que últimamente concibió el Reverendo
Obispo de esta diócesis del Cuzco contra el Rey y contra el Estado; y los es-
candalosos procedimientos con que, abusando de su dignidad, ha atropellado
y atropella las leyes más sagradas: dos puntos que harán la materia de este
informe.»
«Cuando semejantes delaciones se hacen con injusticia, suelen valerse
los maldicientes de papeles anónimos, porque no hay cosa tan cobarde como
el delito. Pero yo, Señor, lejos de hacerlo así, no sólo firmo la acusación, sino
que mantendré con la pluma y con la espada cuántos capítulos abraza, en los
términos que irán anotados. Mas, no obstante, si Vuestra Excelencia lo esti-
mare conveniente, usará de las noticias con reserva».
«Constantes son a Vuestra Excelencia (y a todo el Reino son cons-
tantes) las inquietudes que ha padecido la ciudad del Cuzco desde que este
Reverendo Obispo ocupa la silla de su iglesia. Hemos visto los severos, justos,
castigos que han sufrido algunos de sus causantes. Y todavía por disposición
de Vuestra Excelencia y ese regio tribunal, se continúan las inquisiciones de
los demás cómplices, a fin de cortar de raíz una intriga que tenía por objeto
631