Page 636 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
                                                                          La verdad desnuda


                    «Sin que le sirviese de obstáculo hallarse constituído Padre de aquel
            Concilio, mantuvo en la misma ciudad de Chuquisaca cierta ilícita amistad,
            con tanto escándalo, que son públicamente conocidos por hijos suyos dos que
            parió su amiga. Por igual motivo estuvo contribuyendo mesadas hasta el año
            pasado a una señora de Arequipa, según se asienta por cierto. Y aún en el
            Cuzco corre, con mucho valimiento, la noticia, que en la actualidad ejercita el
            mismo abominable vicio».
                    «Cuando transitó por Lampa y Ayaviri hizo azotar a su presencia, en
            la plaza de este pueblo a la mujer de un indio principal, y a un cacique; por lo
            que estuvo expuesto a amotinarse aquel vecindario, de donde extrajo un indio
            para desterrarle a un obraje. y desde Lampa despachó más de 50 soldados a
            prender dos religiosos de San Francisco, que burlaron sus prevenciones con la
            resistencia y con la fuga. En el Cuzco destinó también una parte de milicianos
            para el arresto de Don Justo Martínez, Cura de Yauri, con tal estrépito, que
            agregando a esta tropa una multitud de clérigos, estuvieron prontos a cumplir
            la orden al medio día; mas no pudieron verificarlo, porque aún no había llega-
            do a aquella ciudad el tal eclesiástico».
                    «A su ingreso en el Cuzco precisó a los Prebendados y Regidores a que
            llevaran alternativamente las varas del palio, para introducirlo en la iglesia
            desde el cementerio, sin embargo de resistirlo las leyes tan expresamente. En
            jujuy pretendió que su cabildo practicase lo mismo; pero no condescendieron
            sus individuos, alegando fundadamente que esta ceremonia solamente debía
            practicarse con los Señores Virreyes. El atropellamiento ejecutado, última-
            mente, por el mismo Reverendo Obispo con Don José Castañeda, Contador
            de las Rentas de Temporalidades en el Cuzco, ha sido también escandalosísi-
            mo; mas considerando a Vuestra Excelencia bien informado de él, me conten-
            to con apuntarlo».
                    «Todos estos atentados son horrendos, pero los excede mucho el que
            acaba de practicar con las monjas catalinas del Cuzco, digno verdaderamente
            de ocupar lugar en la Historia. Empeñado el Reverendo Obispo en que en el
            capítulo celebrado por estas religiosas eligiesen para Priora una parienta suya,
            que después de haber vivido escandalosamente prostituída en dicha Ciudad,
            tomó el hábito, hará cosa de diez años, persuadiendo por sí y por interpósitas
            personas a las vocales para el efecto; pero éstas por no agraviar el mérito de
            otras religiosas más antiguas y más dignas, se negaron a tan injusta solicitud».



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