Page 596 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen  1
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            Soberano; siendo así que nunca caminó más seguro el Señor Moscoso; pero
            para alucinar a las Superioridades ha inventado estos y otros papelones, cre-
            yendo sincerarse con ellos de los crímenes que le atribuyen.
                    Tres días después del plazo señalado, cumplió su promesa el traidor
            bajando a Sicuani, asociado de trescientos de los suyos, poco más o menos.
            Para recibirlo, se pensó poner nuestra tropa sobre las armas, pero no faltó
            quien lo reprobara como muy irregular, y se omitió; mas no obstante fué reci-
            bido con otras demostraciones de excesivo honor Diego Túpac Amaru, quien
            se entregó a los pies del Señor Obispo y del Señor Inspector, en la iglesia de di-
            cho Pueblo; donde habiéndole absuelto el primero, públicamente, de la exco-
            munión, su Ilustrísima le perdonó, y en nombre del Rey el Señor Comandante
            General, haciendo leer públicamente el indulto, y entregándole su espada para
            que, como fiel vasallo de Su Majestad, la empleara en su Real servicio en lo ve-
            nidero. Vuestra Señoría glosará estos pasajes con su crítica fina, como gustare,
            y sacará las ilaciones correspondientes.
                    En todos estos actos intervinieron circunstancias harto notables. Una
            fué la de que habiéndose hospedado el Señor Obispo en la casa del Cura, que
            se halla en la plaza, al frente de la iglesia, salió desde ella bajo de palio (el
            día que se cantó la misa de gracias y Te Deum) hasta el templo, llevando a su
            derecha al Señor Inspector, y a Diego Túpac Amaru a la izquierda. Otra la de
            haber dispuesto el alojamiento de este traidor en la misma habitación de Su
            Ilustrísima, con tanta proximidad que estuvo en la pieza inmediata de su dor-
            mitorio. Y otra el cariñoso trato que le hicieron el Prelado y el General, pues
            aquél siempre le apellidaba y apellida hijo; y éste no sólo le honró repetida-
            mente con su mesa, sino que le dió, desde luego, facultad de nombrar caciques
            de su devoción en Tinta y otras provincias; por lo que aún en el día subsisten,
            los que puso con el mayor escándalo de los pueblos, conociendo la ilegalidad,
            injusticia y peligro de tales nombramientos.  De todo esto, de las pensiones
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            anuales que se han asignado a estos rebeldes por el Superior Gobierno a saber:
            mil pesos a Diego, y a sus sobrinos, 600; como de la confianza que se ha hecho
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            54. En varias Doctrinas de Tinta permanecen de mandones los nombrados por Diego; indios todos los más rebeldes que siguieron
            su partido despechadamente, pero entre todos es singular un Juan Antonio Camaque a quien por solicitud del mismo Túpac Amaru
            nombró el Señor Inspector, Justicia Mayor de Pichigua, Yauri y Coporaque. Está haciendo mil picardías en dichos pueblos y su comar-
            ca. Quejáronse de él al Señor Presidente. de Charcas varios hacendados, de la jurisdicción de dicha Audiencia, que han experimentado
            sus hostilidades; y en su consecuencia escribió un oficio al actual Corregidor de Tinta, Don Francisco Salcedo, previniéndole convenía
            al servicio del Rey la separación y arresto de Camaque, y respondiéndole a Su Señoría un despropósito, lo mantiene en el mismo
            encargo y comisión. [nota del autor]


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