Page 601 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
lo hubiera hecho ahorcar. Se lo he oído al mismo Guisasola en pública conver-
sación, y me persuado que siempre que se le pregunte lo expondrá del mismo
modo.
Y el Señor Moscoso dice, con mucho desembarazo todas las veces que
se le ofrece, que no tiene más superior en la tierra que el Papa; con que, ¿qué
mayor prueba, ni qué mejor comprobante quiere Vuestra Señoría de uno y
otro?
Preguntado un indio de Pampamarca, o Tungasuca, que llegó a esta
Ciudad con cartas para el Doctor Don Antonio Martínez, Cura de Sicuani, el
día anterior a la muerte de Arriaga, por su Corregidor, respondió a presencia
de varios sujetos el indio en su idioma, que Túpac Amaru lo tenía preso de
orden del Señor Obispo, y que así corría en toda la provincia.
Los escándalos de esta Ciudad dimanan de que Su Ilustrísima después
de haber proporcionado, con las violencias y alborotos que es notorio, el Prio-
rato del Convento de Santa Catalina a una monja sin mérito por moderna en
la Religión, y antigua en las liviandades del siglo, donde se adquirió por ello
el apodo de: La carne pregonada; ha mantenido con ella una correspondencia
demasiado fina, visitándola hasta ahora casi todos los días, no sólo por la ma-
ñana, y a la tarde, sino también por la noche, hasta las diez o las once; y no en
locutorio o portería, sino en su celda, donde también entran con frecuencia
los familiares de Su Ilustrísima con sus mensajes, etc.
Esto no lo ha de creer Vuestra Señoría que sabe el respeto y venera-
ción, con que se tratan en Europa las Clausuras de las esposas de Jesucristo,
mayormente, por los Obispos y Prelados; pero ello es tan cierto como el Evan-
gelio, y tambien que actualmente no contento el de esta Santa Iglesia con los
extremosos cariños que le debe la Priora de Santa Catalina esta fabricando
para ella en el mismo Monasterio, a su costa, una cómoda y divertida habita-
ción, a fin de que cuando acabe el Oficio pueda vivir con más esparcimiento
que el que permiten los claustros.
La dicha monja tiene una hermana casada con Don Antonio de Ugarte
a quien llaman también comúnmente: La Carne Vendida; porque, como aqué-
lla, fué aquí prostituta. Mas sin reparar el Obispo en la mala fama que por esta
razón tiene adquirida, la estima mucho, tanto que hace pocas semanas vieron
que con sus manos consagradas, la peino en Urubamba, y jactándose ella de
esta satisfacción, se lo comunicó a una cuñada suya.
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