Page 553 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            una sublevación tan terrible contra el Gobernador de ella, Don N. Ayala, que
            le hizo prender y encadenar en un cepo; constituyéndose, por este atentado,
            en tetrarca de toda aquella región. Después se cuentan veinte y dos goberna-
            dores muertos, trágicamente, o extrañados con violencia de la misma Provin-
            cia, por sus naturales; con la particularidad de que jamás hubo conmoción o
            alboroto en ella, sin que tuviesen parte o influjo algunos eclesiásticos de toda
            especie, o como se refiere en la Argentina, de la citada Provincia. Y si son las
            ofensas al Soberano, ¿quiénes se han atrevido a usurpar sus regalías con tanta
            osadía y temeridad? En todos tiempos ha sufrido la Jurisdicción Real de los
            dominios de España muchos insultos de los jueces eclesiásticos, ansiosos de
            ampliar la suya, más allá de los límites que la tienen señaladas las leyes. Y para
            conseguirlo han hostilizado frecuentemente con gravísimos escándalos a los
            ministros de Su Majestad, que observantes de la legislación se han mostrado
            celosos de las soberanas regalías; sin que hayan sido bastantes, hasta ahora, las
            prudentísimas, reiteradas providencias libradas por nuestros Monarcas y sus
            tribunales para impedir estos abusos perjudiciales a la Corona.
                    Semejante pernicioso modo de pensar de los eclesiásticos españoles
            en ninguna parte se reconoce tan sostenido y autorizado como en la provin-
            cia del Perú; donde por la distancia del Soberano se consideran los jueces, de
            aquel Estado, superiores a los magistrados seculares y con una jurisdicción
            más absoluta que la suya. Piensan que las Leyes Reales no hablan con ellos. Y
            en una palabra: los Obispos discurren que sólo están subordinados al Papa, y
            los inferiores que, únicamente, deben prestar obediencias a los Obispos. Por
            eso se ve cada día usurpada la Real Jurisdicción; ofendidos los ministros del
            Rey, y atropellada la Justicia, según lo acreditan las frecuentes quejas que se
            dirigen en estas partes a los Tribunales Reales; y más claramente la ruidosa
            competencia ocurrida entre la Curia Elesiástica del Cuzco y el Corregidor de
            Tinta, cuyos hechos abrazan las representaciones que sirven de fundamento a
            este manifiesto.
                    Estas consultas y los documentos citados en ellas ofrecen justificados,
            contra el Ilustrísimo Señor Don Juan Manuel Moscoso, los atroces delitos si-
            guientes:
                    1° La usurpación notoria de la Jurisdicción Real, avocándose el cono-
            cimiento de una causa de tumulto, y expidiendo, en su consecuencia, manda-
            miento de prisión contra siete legos, vecinos del pueblo de Yauri, con agravio
            de la ley que prescribe que tales causas tocan y pertenecen, privativamente, a



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