Page 549 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
para reclamarlo el Obispo, Puente, ni los otros eclesiásticos? ¿Por ventura les
hizo a ellos algún reparto? (ojalá no hubiera sido tan pródigo con ellos). Si
hubiera extorsionado a los Indios, no hubieran llorado su muerte, llamándole
padre, como asienta Figueroa; y buen cuidado hubieran tenido de dirigir sus
quejas a la Real Audiencia de Lima, donde no se hallará ni una contra mi tío,
como lo tienen certificado los Secretarios de aquel Tribunal y del Superior
Gobierno, cuya satisfacción abona la conducta de Don Antonio de Arriaga; y
hace muy recomendable su memoria; porque serán muy pocos los goberna-
dores, o corregidores de estas Provincias que hayan logrado un testimonio de
justificación como éste.
98.-Finalmente, Señor, aunque Don Miguel de Arriaga y yo tenemos
perdonados de todo corazón (y yo perdono de nuevo) a los maquinadores y
cómplices del homicidio de mi tío, estamos obligados a reclamar sus perjui-
cios y los nuestros. Ellos son tan considerables que si me empeñara en expo-
nerlos, por menor, fatigaría injustamente la atención de Vuestra Alteza, y haría
mucho más molesto este papel. Por una computación prudente y moderada,
los apreciamos en ciento y setenta mil pesos; y quienes deben abonarlos a la
Testamentaría, a Don Miguel de Arriaga y a mí, lo ha de decidir el prudentísi-
mo juicio de Vuestra Alteza con presencia de los documentos adjuntos. Pero
resultando probado con ellos, que los curiales eclesiásticos del Cuzco, además
de haberle hostilizado de un modo inaudito, fraguaron la muerte de vuestro
Corregidor. Y que los magistrados de Lima en lugar de auxiliarle y defenderle
de unos enemigos tan poderosos le amenazaron con severos castigos, dando
lugar, con esto y con su indolencia, a la maquinación del asesinato; parece de
justicia, Señor, que los que nos deben reintegrar los daños son el Reverendo
Obispo de esta Santa Iglesia, los herederos de su Provisor y los Tribunales de
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Lima.
99.-La injusticia que se nos ha hecho en no concedernos la provincia
de Tinta a los interesados Don Antonio de Arriaga, hace crecer mucho nues-
tras grandes pérdidas; porque nos imposibilita la cobranza del caudal que en
ella repartió, y por consecuencia la satisfacción de sus débitos. Ha sido como
costumbre, en semejantes casos miserables, conferir las Provincias por el
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38. Testó sobre cuarenta mil pesos que parece han entrado en poder del Ilustrísimo Señor Moscoso, sin embargo de haber nombrado
el Provisor, Don Juan Antonio Tristán, por su albacea al Doctor Don Marcos de Tapia, Cura de la. Parroquia de Belen del Cuzco.
[nota del autor]
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