Page 551 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            antes que mis alivios y el despacho de los puntos tocantes a la testamentaría,
            y que fué siempre Don Antonio de Arriaga fiel vasallo y celoso ministro del
            Rey, para afianzar su buena fama contra las imposturas con que le ofenden sus
            enemigos, aún en el sepulcro.
                    Pero sobre todo lo Superioridad de Vuestra Alteza resolverá lo que
            fuese de su agrado.
                    Dios guarde la Católica Real Persona de Vuestra Alteza como la Cris-
            tiandad necesita.-Ciudad del Cuzco y Septiembre 8 de 1781.— Muy Poderoso
            Señor.— Eusevio Balza de Verganza.




                                            MANIFIESTO
                        (Convertetur dolor ejus, in Caput ejus: in verticen ipsius
                               iniquitas ejus descendet. Ps. 7. Vers. 17.)


                                            PARRAFO 1º



                    Cobarde el entendimiento y trémula la pluma, ni aquel acierta a for-
            mar discursos sobre los documentos que fielmente acabamos de copiar, ni ésta
            se atreve a estampar los sentimientos que le dicta la razón, por respetos de una
            dignidad tan venerable como la de un Obispo, contra quien principalmente
            deben dirigirse. Pero siendo esto indispensable para manifestar al mundo LA
            VERDAD DESNUDA sobre la muerte del Coronel Don Antonio de Arriaga
            y sus funestísimas consecuencias, es preciso despreciar cuantos temores nos
            salgan al encuentro como obstáculos de nuestro propósito. Para verificarlo sin
            escrúpulo, debemos prescindir, como prescindimos, de la dignidad (confesa-
            mos que es muy respetable) así como para referir la perversidad de Judas se
            prescinde del apostolado que obtuvo, conferido nada menos que por el mismo
            Jesucristo.
                    Las dignidades más santas no constituyen impecables a los hombres, y
            de esto es buen ejemplo ese proscripto Apóstol que aún estando tan inmediato
            a la misma Santidad, y habiendo llegado a alcanzar la gracia de hacer mila-
            gros, se prostituyó de modo que por un cortísimo interés vendió a su Divino
            Maestro, según nos la afirma indudablemente el Evangelio. Los Sagrados Con-
            cilios nos ofrecen posteriormente obispos herejes y cismáticos; y, en el siglo



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