Page 540 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
La verdad desnuda
librado comparendo contra vuestro Reverendo Obispo, o contra su Provisor
y Promotor Fiscal, o contra los tres, mediante mérito para ello a saber: contra
aquél por una delación tan grave e interesante a la Corona; y contra éstos por
el desprecio con que notoriamente habían tratado vuestra legislación y los
rescriptos de la Real Audiencia; mayormente, teniendo el ejemplar de que al
Chantre de esta Santa Iglesia y Provisor del Obispado, se le aplicó la pena de
extrañamiento el año de 1657, porque desobedeciendo la Provisión Real que
tiene este Cabildo Secular, para la absolución de los Jueces Reales (que estos
curiales han llamado ahora impertinente), la negó con resistencia a Don Ber-
nardo de Silva, Alcalde Ordinario de esta Ciudad. Y con efecto fué mandado
embarcar en el Callao para esos Reinos.
83.-Esto lo debió pedir vuestro Fiscal con la mayor valentía; pero has-
ta este ministro (sin embargo de ser notoria su integridad) parece que trepidó
en la defensa de vuestra Real Jurisdicción, según la languidez de su respuesta
que corre a f... del mismo Cuaderno 4; en la cual, no sé si por equivocación o
por respetos, hizo supuesto de que las comisiones con que procedieron Don
Vicente de la Puente y Don Faustino Rivero contra los vecinos de Yauri, y el
mandamiento de su prisión, fueron expedientes del Provisor siendo así que
resulta comprobado, en el documento N° 2 y mejor en los autos de Lima, que
todas esas providencias las libró vuestro Reverendo Obispo. Yo presencié en la
Real Cancillería de Castilla una defensa fiscal que hizo vuestro Consejero Don
Antonio de Valladolid en cierta fuerza más dudosa, y menos interesante que
ésta, y arrebatado de su celo por las Regalías Reales, pidió la pena ordinaria
contra el eclesiástico que las había usurpado, según lo fundó. ¿Qué diría, y qué
pediría si hubiera llegado a sus manos esta causa?
84.-Mucho menos fué lo que hizo en estos últimos tiempos el ve-
nerable Obispo de Cuenta, Carvajal y Alencáster; pues según acredita su ex-
pediente, sólo porque dirigió al reverendo confesor de Vuestra Real Persona
unas cartas concebidas con sentimientos perjudiciales a los derechos del Solio,
fué mandado comparecer en el Supremo Consejo extraordinario, donde se le
reprendió aquel modo de pensar (aunque al parecer piadoso) sin que le excu-
sara la dignidad de su carácter, la grandeza de su cuna, ni la fama de su jus-
tificación. El Obispo del Cuzco sólo es comparable con aquel en la dignidad;
pero su Provisor, y Promotor Fiscal en nada; y sin embargo aun convencidos
del mayor delito, han sido tratados por vuestros ministros de Lima con más
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