Page 539 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            no han debido perderse de vista en estas importantes actuaciones, ni omitir
            un requisito tan previo como el interrogatorio para el esclarecimiento de cóm-
            plices. Sabemos las grandes facultades con que se halla autorizado vuestro
            Visitador General; pero no podemos creer la tenga para seguir un proceso
            de reos de Estado, separándose de la reglas de derecho, y menos para obrar
            contra lo dispuesto por vuestras sabias leyes; mas no obstante suspendemos
            también el juicio sobre este punto contentandonos con anotarlo.
                    81.-No falta quien recela, Señor, que la idea que se lleva en este gran-
            de asunto es justificar al Obispo, para ponerse a cubierto vuestros magistrados
            de su cargos imponderables, deducidos justamente de sola la denuncia del
            Corregidor de Tinta, y para ello se habrán hecho esta cuenta: Si por nuestras
            actuaciones resulta traidor el Obispo, se verifica cierta la acusación de Arria-
            ga, y consiguientemente la enormísima culpa nuestra de haberla despreciado;
            pues, ¿qué remedio?; diremos que no ha habido quien declare contra el Obis-
            po, no obstante haber hecho una pesquisa muy exquisita, con los sujetos más
            condecorados e imparciales de Arriaga dirijan al Rey, o a su Supremo Consejo,
            copia de la declaración que nosotros tenemos bien guardada, se despreciará
            por ligereza de pluma, o se desatenderá por parto de la enemiga del Corregi-
            dor de Tinta contra aquel Prelado.
                    82.-Puede ser que sea temerario el pensamiento, pero la cierto es, Se-
            ñor, que es la única tabla que les queda a vuestros Magistrados de Lima, para
            salir a la orilla del mar de tanta sangre, por su culpa derramada en estas Pro-
            vincias. Pues, aunque sabemos quieren escudarse con que estaba maquinada,
            muy anticipadamente, la conmoción general del Reino por Túpac Amaru, en
            lo que parece se ha incubado mucho con la misma idea,  no les puede apro-
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            vechar este efugio; porque conociéndoselo (aunque no sea cierto) ¿cómo se
            disculparán de haber despreciado un aviso que, fundadamente, les anunció
            tan próxima, como hemos visto, esa misma Sublevación? Vivo firmemente
            persuadido, se hubiera evitado ésta y todas las desgracias que la han seguido,
            si cuando llegué yo a Lima y entregué al Virrey los Pliegos del Corregidor de
            Tinta, o poco después que se vieron desobedecidas dos Provisiones de aque-
            lla Audiencia Real por la Curia Episcopal del Cuzco (según se representó a
            aquel Tribunal en los escritos de f... del documento número 4), se hubiera
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            32. En el exordio de las sentencias de Túpac Amaru se expresa, claramente, así con estas palabras: «por el horrendo crimen de rebelión,
            o alzamiento general de los indios, mestizos, y otras castas, pensando más ha de cinco años. y ejecutado en cuasi todos los territorios
            de este Virreinato, y el de Buenos Aires.» [nota del autor]


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