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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
estas provincias. Cisneros tiene tal cual instrucción y sabe manejar papeles,
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con cuyo motivo ha dirigido las actuaciones de algunos Corregidores de Tinta
y las de mi tío, ayudándole con fidelidad y constancia a defender vuestra Real
Jurisdicción. El Obispo le aborrece extremosamente, por eso, por ser euro-
peo, y porque no le agrada que haya en su Obispado quien se le oponga a sus
sinrazones, y no ha podido conseguir mejor ocasión para separarlo de aquí,
aunque sea atropellando la gran compasión a que es acreedor Cisneros, por
pobre, por anciano y por lleno de familia, precisado a dejar su establecimiento
en Sicuani, y a hacer una peregrinación tan dilatada y costosa como a Chile,
por una culpa imaginaria.
77.-A vista de la indulgencia injusta dispensada a Maruri, Frías, Puen-
te, Sosa, Bejarano, Malina y Lavanda, contra quienes resultan tan gravísimos
cargos, es una injusticia notoria la que se ha hecho a Cisneros por contem-
plación a vuestro Reverendo Obispo que es capital enemigo de los europeos,
como lo acredita el intento que se propuso de querer probar complicidad en
la sublevación (después de haberlos calumniado de traidores públicamente) a
los prisioneros españoles de Túpac Amaru. Dígalo, por todos, el Sargento Ma-
yor Don Juan de Figueroa que ha tenido que vindicarse de la acusación ante
vuestro Visitador General, aunque a poca costa, porque no sólo ha justificado
su lealtad sino también que a él se le debe, en parte, la conservación de esta
Ciudad; porque con sus insinuaciones al Rebelde contuvo la rapidez de los
progresos que pudo hacer en los principios, como es constante.
78.-Mucho persuade, Señor, lo dicho; pero el suceso que vaya referir
aún es más notable. Don Francisco de Areta, europeo, Cura de Belille, fué
insultado de los indios en su doctrina, luego que llegó a ella la conmoción,
y defendiéndose mató algún otro; mas no obstante, fué prisionero de Túpac
Amaru, con un Don Francisco Pérez Oblitas, Ayudante de Cura en Marcapata.
Este se apoderó de una carta que en un pedazo de bretaña escribió el Rebelde
a su pariente Don Antonio de Ugarte, vecino de esta Ciudad, sobre la rebelión.
Llegó a Tinta vuestro Inspector General Don José del Valle con su ejército, y
consultó Oblitas con Areta si le entregaría la carta. Areta lo persuadió que
estaba obligado a hacerlo; lo ejecutó así, y se vinieron ambos al Cuzco después
del arresto del Rebelde. El Obispo los agasajó mucho y con especialidad a Are-
ta, quien sin embargo de la muerte que había hecho como fué en una defensa
forzada ni se consideró delincuente; ni el Prelado, aunque lo supo, le dijo nada
sobre la materia, y celebró misa muchos días sin reparo. Tuvo noticia des-
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