Page 385 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
amamantar a sus pechos, con que no sólo se declaren ingratos sino ingratísi-
mos, como bien advirtió Séneca. 116
En todo viviente racional raya la luz del conocimiento, de suerte que
cuando más es premeditado el beneficio, tanto más es la fuerza para la co-
rrespondencia; no digo de sólo el hombre, sino aún de los brutos, en quienes
resida el instinto más torpe. Diga la experiencia con sus artificiosas industrias;
pues para obligar al jabalí a una perpétua esclavitud, unos hacen que lo ma-
tan, y otros que lo defienden; reconocen al principal agente defensor, y queda
prisionero de él, sin ligas ni esposas que su natural agradecimiento. Con qué
generosidad se arrojó a la fragua, sepulcro preparado para su dueño, aquella
águila real, cuya memoria se eterniza en Sestori; echaron a su Señor al incen-
dio combustible, e inmediatamente también, se ofreció víctima de sus aras,
dando muestras de agradecimiento a su poseedor, por el cuotidiano beneficio
que recibía de sus manos, cuya llama más le obligó a ser ceniza que viviente.
Con qué fineza de amor le acompañó a Tobias, el mozo, en todo el tiempo de
su peregrinación, aquel perrillo que acarició su caridad, que sin echar al olvido
el diario pan recibido, juntamente con el gusto de lo próspero y adverso, fué,
dice San Ambrosio prueba del brote de su lealtad y gratitud, para darnos a
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entender cómo un beneficio recibido, por sí, obliga al más alto conocimiento
de fidelidad.
Pero no sé qué tiene esta inculta y baja Nación, para no saber siquiera
vivir con muestra de correspondida; no hallo más razón que su ruin origen y
peor principio. La diversidad de genios y complexiones, según reglas de filo-
sofía natural, causan la uniformidad o desconformidad, y éstas engendran en
todo viviente la antipatía o simpatía; aquélla hace enemigos, y ésta, amigos; y
sin más motivo que verse, por influjo natural, llegan a amarse y quererse; así
lo fueron Polistrato e Hipóclides, salieron al mundo en un mismo día, en un
mismo clima y bajo de un mismo horóscopo; semejantes en complexión, en
ingenio y en fortuna; al primer encuentro de los ojos, con secreto vínculo,
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sintieron enlazarse estrechamente sus corazones; y como nacieron juntamen-
te, juntamente vivieron y murieron, como si en estos dos cuerpos hubiera en-
trado y salido una sola alma. Congruencia me será muy política y racional,
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116. Sen. Lib. de div. nat. [nota del autor]
117. Lib. 6. exam. Cap. 4. [nota del autor]
118. Manuel Tesauro. Filis. Nat. Lib. 20. Cap. 2. [nota del autor]
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