Page 380 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
Estado del Perú
tierra, ni más Rey que el de España, para que siempre sean sus amantes y leales
partidarios, aunque no quieran; que imaginar lo contrario es sueño, para ser
despreciado por fabuloso y frenético. 95
Varios desastres acontecieron en todo el tiempo del gobierno del Im-
perio Romano; veíanse en él muchos premiados por leales, y otros apremiados
por desleales; pudiera el castigo de éstos ser el escarmiento de otros; porque
es norma del escarmiento el castigo, éste es guía de una verdadera enmienda,
y si en cabeza propia es el auxilio más eficaz, para nunca más reincidir; pero
con todo lo que se experimentaba era que, aún con estas precauciones, siem-
pre había leales y desleales, y a lo contrario, dejaría el mundo de ser mundo;
por esto, pues, y por vivir recatado al principio de su Imperio Constantino el
Magno, como tan discreto, hizo convocar a todos los magnates de su corte a
su palacio (dice Zogomeno), hízoles un razonamiento de que los que adora-
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sen a los dioses a más del Todopoderoso, quedarían en su gracia, y los que no,
además de perderla, dejarían sus casas y oficios. Muchos idolatraron por no
perder su gracia, y otros se expusieron a perderlo todo, por no perder a Dios
ni la Fe; porque perdido ésto (decían) no hay más que perder, y aunque se
gane el Universo todo, nada aprovecha. Supo el Emperador lo que sucedió en
su Corte con los grandes; entonces premió a los leales y castigó a los infieles,
diciendo que quien no tiene lealtad con su Dios, tampoco la tendrá con su
Rey; eos Regi suo numquam fideles fore, qui Deo infidelis extitisent. Verdad es
esta, tan manifiesta, que no necesitamos más pruebas.
Salió, pues, derrotado el Traidor (José Gabriel Túpac Amaru), y pues-
to en el lugar de Yanacocha, vertiendo lágrimas de confusión, hizo un fatal
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razonamiento a los indios, diciéndoles que «ahora llegaría a saber y conocer
el verdadero amor que le tenían, siendo la prueba su obrar, hasta vencer o mo-
rir, que sus hechos los marcarían por suyos, o los degenerarían, para después
verse expulsos de su gracia, oficios y comodidades». El Emperador Católico
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lo haría por reconocer la estabilidad de la Fe y también sus corazones con
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95. Muchos indios, y (en) especial los más acomodados, nunca quisieron ser coroneles ni saquear las fincas, por decir que estos
alborotos no habian de subsistir, por no llevar orden en la distribución de gobierno y de justicia. [nota del autor]
96. Hist. lib. 1. cap. 6. [nota del autor]
97. Es una laguna grande situada en tierra negra; está dos leguas encima de Andahuailillas. Esta laguna está contigua con aquel famoso
socavón nombrado Antapongo, donde, según tradición antigua, hay muchísimas planchas de oro y plata, que entraron (escondieron)
los antiguos después de la Conquista. [nota del autor]
98. Muchos indios que fueron al combate del Cuzco, de vuelta me contaron que su Inca (Túpac Amaru) lloró mucho en Yanacocha
de no ser recibido por Rey en el Cuzco. Otros me dijeron que aqui dió orden para que matasen españoles. Desde aquí empezaron las
muertes, robos y atrocidades; y con empeño cogió el combatir otra vez al Cuzco. [nota del autor]
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