Page 387 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            finado Inspector General (José del Valle) tuvo que admirar mucho con los su-
            yos. Que bien ahora aquel otro principio filosófico explica mi sentir diciendo:
            quod modo est causa debet ese efectus, y el sagrado texto lo confirma: non po-
            test arbor bono malus fmctus facere, nec arbor malo bonos fructus facere; igitur
            ex fructibus eorum cognocetis eos;  los efectos de esos ruines y bajos fueron
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            destruir, robar y matar, y como tienen origen de baja esfera, precisamente sus
            obras habían de seguir sus huellas: opera enim eorum sequintur illos,  como
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            advirtió San Juan.
                    Con estos destrozos, con estas ruinas, que cada día se experimentaba,
            hallábase esta noble Metrópoli del Perú rodeada no de hermosas preseas las
            más brillantes sino de unos horribles tormentos y fatigas, por los muchos asal-
            tos que sus enemigos le daban por todas partes;  tan ceñida de esfuerzos se
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            miraba, que era preciso, a más no poder,  pedir auxilio a las convecinas po-
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            tencias que le rodeaban.  Esforzábase no obstante del modo posible a valerse
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            de sus propios hijos, para dar avance a todas partes; mostrábanse éstos con un
            indecible valor y brío, que los enemigos, siendo tantísimos, nunca pudieron
            dar en el blanco con su tema, ni cantar victoria, (ni) a rendir sus vidas por
            cientos y miles. 127
                    Si salían las tropas españolas o indios fieles a sus respectivos destinos,
            diariamente, y ocupaban diferentes puestos, iban con toda especie de per-
            trechos a prevención, mas no a consumirlos, sino a halagarlos generosos, a
            perdonarlos piadosos, y a traerlos vigilantes al poderoso y afable regazo de
            la Iglesia y del Rey; llevaban con este designio en cada columna sus precisos
            ministros eclesiásticos.
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            122. Mat. 7-17. [nota del autor]
            123. Apoc. 14-13. [nota del autor]
            124. Los partidarios del Cuzco fueron desde Urcos para abajo; y de Quiquijana hasta cerca de Chuquisaca fueron rebelados. Desde
            Rondocan adelante fueron alzados hasta la mitad de Paruro, pero su Corregidor, con los demás fieles a la Corona, dió que hacer a sus
            mismos comprovincianos. [nota del autor]
            125. Poniendo en una proporción prudencial a los alzados con los leales, éstos venían a quedar como dos respecto a diez. [nota del
            autor]
            126. Vinieron auxilios de Lima, Huamanga y otras provincias vecinas. La columna de Parinacochas fué muy lucida. En el virreinato
            de Buenos Aires tuvieron de auxilio a los saboyanos. Estos adiestraron a los soldados de Lampa, que a son de caja solamente hacen
            todo el ejercicio militar. Los cochabambinos y tucumanos hicieron raya; sus armas eran lazos, y garrotillos con puntas de plomo. El
            Cacique de Copacabana, Don Manuel Chuquinya, se llevó la palma, entre los indios fieles en La Paz. Hoy tiene 500 pesos de sueldo
            por el Rey. Es Teniente Coronel de los Reales Ejércitos de Su Majestad. Es Cacique confirmado de cuatro pueblos. Y tiene soldados en
            su casa, con sueldo real, quienes guardan su persona; y dicen también que es Caballero de la distinguida Orden del Señor Don Carlos
            III. Don Mateo Pumacahua, en el Cuzco, fué el terror de los indios alzados, y sólo su nombre los soterraba. Los indios Chincheros
            fueron muy valientes y leales, los indios Carabayas también fueron muy sonados. [nota del autor]
            127. Habia tropas de indios rebelados de ocho y diez mil, pero (aún) asi daban avance los nuestros. [nota del autor]


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