Page 389 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 389
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
Gregario Campos, del Consejo de Su Majestad y dignísimo Obispo de la ciu-
dad de La Paz. 130
Lloraba Jacob, con gran ternura y sin consuelo, la pérdida de su apre-
ciado José, de considerar que el único Benjamín de su pecho, carísimo hijo
de su amor, yacía prisionero entre las agudas garras de una fiera, estafermo,
sangriento entre los filos de una bestia, que así le notició, infaustamente con
131
su muda retórica, aquella túnica polímita, purpureada con su propia sangre,
vestido talar que le había fabricado su fineza; fué tanto el sentimiento que
132
le ocupó el pecho esta infeliz desventura, tan grande la pena que le oprimió
el corazón, que le obligó a descender al Limbo, vertiendo perlas en sacrificio:
desendam lugens in infernum ad filium, vel propter filium, como otros, como
133
si después de la vida tuviera lugar el llanto, para pasar más allá del sepulcro. Se
lamentó gemebundo este amoroso padre por su hijo, sin hacer caudal aún de
los grandes lenitivos de consuelo, que le hacían sus otros hijos; lloró sin con-
suelo por su José y no por la fiera, que a haberlo merecido en sacrificio sería
menos su sentir, como si por quitar una vida, resarciera la pérdida.
Amor grande fué el de este santo patriarca; pero no más heroico que
el de Vuestra Señoría Ilustrísima; porque Jacob sólo lloró por José, no por la
fiera; pero Vuestra Señoría Ilustrísima lloró por José y por la fiera, lloró por
los nuestros y lloró por los Rebeldes; por ser los unos y los otros racionales re-
baños, pertenecientes a su amado y tres veces reencargado aprisco; imaginaba
su tierno corazón cómo socorrer a éstos, combatíale su piedad cómo favorecer
a aquellos; mas así para los unos como para los otros, se dió traza Vuestra
Señoría Ilustrísima, dando orden -no hay duda- a los Capellanes Reales de las
tropas que, en servicio de ambas Majestades, socorriesen a todos igualmen-
te, para tener los unos y los otros el mismo derecho al Bien Eterno. Y que
134
si los Rebeldes se presentasen libres o prisioneros, después de patentizarles su
mal estado y eterna perdición, les diesen también a conocer los efectos de la
real clemencia y grandeza que en su Majestad reside, para arbitrar de ellos
135
lo que fuese de su poderoso agrado; que practicadas estas diligencias se in-
terpusiesen con los señores Comandantes, como sus únicos protectores, a fin
__________________
130. Esta es una carta muy docta, en ella hay muchas disertaciones acerca de la facultad episcopales; hay varias cuestiones de que si los
Obispos pueden mandar Religiosos, aun repugnando ellos; si los clérigos pueden marchar, etc. [nota del autor]
131. Tunica filii mei est fera pesima comedit eum bestia devorabit. Josep. (Gen. 37-33). [nota del autor]
132. Vide utrum tunica filii tui sit an nom? (Gen. ibi). [nota del autor]
133. (Gen. ibi) [nota del autor]
134. A los indios rebelados siempre los confesaban primero y después los pasaban a cuchillo. [nota del autor]
388