Page 378 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
P. 378

Volumen  1
                                                                            Estado del Perú
            señores que ocupaban el puesto a favor de la Real Corona, compelieron a
            Vuestra Señoría Ilustrísima a la retirada; y sino corre este agasajo el tiempo,
            sin duda Vuestra Señoria Ilustrísima hubiera sido uno de los que, exhalando
            fragancias de lealtad y amor, se ofrecían en la real víctima; y con el más noble
            denuedo desechó Vuestra Señoría Ilustrísima estos descomedimientos sin co-
            tejo; y en pena de su muy excecrable delito, cogió el Cielo por suya la vengan-
            za; y al día siguiente, o como dicen todos a la media noche, salió derrotado el
            Traidor, sin huelgo y con el rabo entre las piernas, para nunca más volver a su
            puesto como solía;  y juzgando estar allí todavía, por varias demostraciones,
                              88
            de morador,  con el mayor anhelo buscáronlo los nuestros, y no dieron con
                        89
            él ni con los suyos; tampoco hallaron el lugar de su real. Parece que también
            David fué el uno de los cateadores cuando dijo: vidi impium super exaltatum
            et elevatum sicut cedros Libani transivi et ecce non exit et... eum et non est in-
            ventus locus eius. 90
                    Con amor desconcertado apreciaba Júpiter, a la hermosa Semele; ésta
            le pidió con encarecido afectos la viese pero no con aquellos recatos de aman-
            te, sino con aquellos esplendores de Monarca, empuñando el cetro de fuego y
            coronado de luces. Bien sabía Júpiter que en lo que pedía su vanidad estaba su
            ruina, en fin prevaleció contra la razón la fineza; cumplió (Semele) su antojo a
            no menos costo que su vida, pues (Júpiter) la abrazó con sus rayos. Extraña lo-
            cura de amor: envolver entre los halagos los castigos, y ser las finezas estragos.
            Parece ficción y no es sino verdad; presentóse el Insurgente a la más hermosa
            Semele, el Cuzco, coronado de opacas luces de sus máquinas, y con el cetro en
            la mano de su vanidad pretendió asemejarse a Júpiter, mas le sucedió al con-
            trario; porque su propia acción de presentarse, fué acción propia de su ruina.
                    Así dicen del Basilisco, que cuando con su perniciosa vista pretendió
            dar muerte a otros, echa por sus ojos todo el resto de sus venenosas iras; pero
            si le sucede mirarse en un espejo, pretendiendo ejecutar lo mismo,  su propia
                                                                           91
            acción de mirar, es su muerte su acción propia; porque vuelven contra el mis-
            mo las venenosas especies que arrojó contra el espejo, sin que ofenda el Basi-
            lisco al espejo. Advierte otra docta pluma que mata con mirar es cierto, esto es
            __________________
            88. Entró de prisionero al Cuzco, con quinientos hombres de guardia, acompañaronle su mujer y otros partidarios y dos hijos suyos.
            [nota del autor]
            89. En el cerro de Piccho, cuando salló de fuga, había dejado colgadas unas mantas viejas, carneros vestidos y una llamarada grande.
            [nota del autor]
            90. Psalm. 36-35. [nota del autor]
            91. Plin. lib. 8. cap. 21. [nota del autor]


                                               377
   373   374   375   376   377   378   379   380   381   382   383