Page 377 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            para que pasase su tropa,  cuya resistencia se puede atribuir más a milagro, o
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            casualidad, que a otra cosa; como también el Puno, por gozar estos países de
            una situación no para el caso; pero si derrota a Paucartambo, logran los insur-
            gentes o que se entregue la Ciudad por avanzada o mueren todos en la defen-
            sa, viéndose combatidos por varias partes por no muy versados en el manejo
            de las armas, o ambos desleales con todos los suyos son la carnicería no pen-
            sada; pues con el espectáculo de los trescientos y más de la Pampa de Sailla,
            desertaron esa noche más de diez mil indios;  y a este tiempo cuando más
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            angustiada, desmayada y desanimada estaba la Ciudad, salió Vuestra Señoría
            Ilustrísima de su palacio episcopal, en compañía de varios curas, eclesiásticos
            y religiosos mercedarios que, en el candor de sus hábitos, vaticinaban la victo-
            ria; y cual otro liberal Nilo, abriendo sus reales conductos, dió a entender, por
            calles y plazas, a la rústica plebe, lo importante que era el defender, aún a costa
            de la vida, el honor de Dios, del Rey y de la Patria.
                    Salieron, pues, unos en pos de otros, hombres y mujeres a la contien-
            da;  y no contento ni aquietado el corazón de Vuestra Señoría Ilustrísima con
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            estas demostraciones generosas como bizarras; aún olvidado de la distinción
            de su sacra dignidad, todo deshecho en el amor del Soberano y de la Patria,
            con evidente peligro de su vida, cogió Vuestra Señoría Ilustrísima su derrota
            por la misma cuesta de la parroquia de Santa Ana,  a cuyo ejemplar, nunca
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            visto con mayor ímpetu y valor, le seguía la gente, sirviendo en esta ocasión
            Vuestra Señoría Ilustrísima de Capitán, el más acendrado y valeroso, cual otro
            Alejandro Farnese, arribó al fin su encendido corazón hasta más allá, donde
            no le era permitido; pero otro que Elías, arrebatado del encendido carro de
            su lealtad y amor, se puso Vuestra Señoría Ilustrísima frente a frente con el
            Rebelde que atrevido combatía a todos en la defensa; corrían las balas traido-
            ras con grande furor, y la lealtad de Vuestra Señoría Ilustrísima se arrastraba
            a contenerlo; tanto que por libertar su amable vida muchísimos ilustres
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            83. Paucartambo, Puno, y Chucuito tienen mala situación, según he visto. En Chucuito mataron los indios lupacas 900 y más espa-
            ñoles utrius que sexsus. [nota del autor]
            84. Quiso el Traidor que pasasen sus indios, de dos en dos, sin nada, y él tras de ellos; no consintieron tal cosa, y de picado les atajó el
            agua, pero con todo no pudo hacer daño. [nota del autor]
            85. Yo oí decir a muchos españoles e indios que José Gabriel en Yanacocha, repartió ocho mil pesos; y la Micaela (esposa de José
            Gabriel) siete mil pesos, en Tiquina: y siendo a todos los indios a dos reales, hágase el cómputo del gentio que entró al Cuzco. [nota
            del autor]
            86. Su Señoría Ilustrísima se puso en Ullucupampa, que está más allá de la Caja del Agua; y del Traidor a él no había más distancia que
            dos cuadras, según he visto el lugar. [nota del autor]
            87. En el camino de Puquin mataron los indios a varios soldados limeños, pardos. [nota del autor]


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