Page 105 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II


                     PUNTO DECIMO.—  SOBRE PRELADOS Y RELIGIONES


                    156.  No anhelan los prelados locales de los conventos á otra cosa que á
            disfrutar sus rentas con dos fines, que son, el de reponerse en los gastos y gra-
            tificaciones que hacen para colocarse en las prelacías, y el de adquirir mayores
            cantidades para ascender en ellas y ocupar los mayores puestos y empleos de
            su religion, y para esto dan total libertad á los religiosos conventuales para que
            vivan fuera de los claustros, ocupándose unos en los ministerios de ayudantes
            de curas, y otros en el manejo de haciendas y comercios, con lo que logran los
            dichos prelados el fin de no mantenerlos y quedarse con las rentas, y al mismo
            tiempo la contribucion que señala a cada uno anualmente, por el permiso de
            que vivan en sus anchuras (que ésta es segun el caudal o manejo que tiene el
            religioso en ayudantía, hacienda ó comercio), y sólo se quedan con el corto
            número de los inválidos, que los mantienen mal y visten peor, dejando todavía
            á éstos con licencia de que sirvan de capellanes particulares de los vecinos, en
            cuyas casas comen y duermen, reduciéndose sólo al convento en días clásicos,
            en que es preciso manifestarse ó salir en comunidad.
                    157.  Ya se dejan comprender las infinitas y malas resultas que se si-
            guen en esta especie de prelados y total separacion de sus súbditos, pues es
            preciso que éstos con la libertad sean malos, y se distraigan en sus manejos
            con escándalo, apadrinándose de la recomendacion de sus hábitos y carácter,
            para no temer la correccion de sus excesos, y que éstos se extiendan con desa-
            fuero á cosas totalmente contrarias á su estado, viéndose escandalosamente
            ocupar muchos frailes en ejercicios de arrieros, vendiendo como mercade-
            res en tiendas públicas, en fabricantes de ropa, en los que llaman chorillos,
            en arrendadores de haciendas, donde viven y caminan con sus escandalosas
            familias como casados, y en otros más profanos trajines, donde es indecible
            su desórden, de que resulta que con su mal comportamiento le tengan los
            seculares, para no tener por viciosos sus procedimientos, y más los indios y
            mestizos que imitan lo que ven; en los prelados la ambicion á tener y juntar
            caudal los extrae de la compostura religiosa que les es debida, y se constitu-
            yen en puros trajinantes, cobradores de sus rentas y exactores de las demás
            pensiones que establecen; viven sin respeto, dejan sus iglesias sin culto, y se
            hacen absolutamente abominables de los vecinos, y no pagan alcabala, porque
            la experiencia acredita no se consigue más que palabras de vituperio y palos,



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