Page 107 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
del mérito, sino por el del interes, lo procuran adquirir y anhelan el manejo
que le produce, aunque les sea prohibido, más que á las estudiosas tareas, y
cuando las dádivas sean públicas para conseguir los empleos, las palian y dis-
frazan con títulos de gratitud y reconocimiento, que no tuvieran necesidad de
hacerlo si por su propia idoneidad se les diesen.
162. No faltan casos en que se han sacado de las casas de redenciones
cantidades crecidas para pagar las contribuciones convenidas con los electos,
y modernamente se practicó en la villa de Potosí, gobernando en ella un justi-
ficado ministro de V. M., que se halla en descubierto hasta el presente.
163. Todavía es más notable áun en la religion que carece de rentas
por su instituto, pues no teniendo manejo de ellas, se buscan otros medios
para la contribucion, pues sin ella, tampoco proveen las prelacías, y éstas se
consiguen con lo que franquean las personas seglares, haciéndose visibles es-
tos contratos en las ciudades, con lo que se retiran los vecinos y el vulgo de la
piadosa inclinacion a la limosna, en cuyo punto pueden llegar a noticia de V.
M. las que condujo un religioso, que escrupulosamente recopiló papeles con
que instruir a sus superiores en la córte de los sucesos proximamente acaeci-
dos en su religion en esta provincia del Cuzco y otras de las de Lima, Quito y
Chile.
Los comisarios y vicarios generales elevan su autoridad tanto, que
quieren extenderla al término y al método de los Obispos para los hospicios
de su tránsito, causando notables gastos y desasosiegos á los conventos que se
empeñan para ella (y á los religiosos que están fuera de la clausura, como se
ha dicho, obligándolos salgan á los caminos á dar hospicio y algun obsequio,
por no ser recogidos), y con los caudales que llegan a tener, hacen fábricas
ostentosas, como se han visto en la capital de Lima, y buscan diversiones muy
ajenas del estado religiosos, con grandes escándalos de las repúblicas, sobre
que no se puede omitir el que hizo un comisario de San Juan de Dios en la
ciudad del Cuzco, que pudo ocasionar muchos males.
Este fué el de haber obligado al prior y frailes de su convento á que le
obsequiasen en una casa de campo con músicas y saraos, en celebridad del dia
de su exaltacion, para lo cual condujeron muchas mujeres públicas rameras,
que habian de quedarse por tres dias en aquella desordenada mansion, lo que
se hizo notorio en la ciudad, y se vió obligado un alcalde á pasar con gente ar-
mada á evitar aquella desenvoltura, cuyo acto se intentó impedir por el comi-
sario y sus frailes, que se armaron y pusieron en defensa con armas ofensivas
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