Page 101 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
                    147.  Llegan á componer tan crecida suma los excesivos derechos de
            visitas, que se considera cada una en el obispado del Cuzco en más de 80.000
            pesos, y repetida ésta á los dos años, ó poco más, como ha sucedido, quedan
            los curas atrasados, llenos de deudas, ó en precision de ser malos (y con tanto
            licencia, y áun con expresa se ha visto) para satisfacer estos gastos, y con aque-
            lla crecida cantidad los pobres, se ven contrarios extremos, pues se aplican a
            fundos particulares de parientes, a la compra de títulos para ellos, y á otros
            gastos profanos, extrayendo de su legítima aplicacion áun las otras rentas que
            debieran distribuirse dentro del territorio que las produce, siendo éste uno de
            los más principales motivos del comun y general atraso que padece la ciudad
            del Cuzco, pudiendo regularse en más de 600.000 pesos los que se han sacado
            de ella de diez años á esta parte.
                    148.  Cuando hacen las visitas por medio de visitadores, son de mayor
            nota, porque éstos, aplicados al fin de complacer á los obispos, y que sirva de
            mérito para sus ascensos la buena ostentacion y mayor contribucion, la soli-
            citan con ménos recato; y ha habido visitador que encontrando en un curato
            un párroco arreglado y que llevaba moderados derechos á sus feligreses, le
            reprendió diciendo que echaba á perder el curato con sus rebajas; á que res-
            pondió que no importaba, como no perdiese su alma; otro cura, muy ejemplar
            y ajustado, se previno á recibir al visitador, cuando llegase a su pueblo, con un
            manifiesto fundado, para no contribuir los derechos que sacaba a los demas;
            lo cual sabido por el visitador, dió anticipada noticia al Obispo, y éste le man-
            dó se pasase sin visitar aquel curato, pues no les tenía cuenta la oposicion ó
            ciencia de las prohibiciones; y despues, por otros simulados medios, tiraron
            al desaire al cura, y le mandaron ir á la capital, con el colorido de dar en ella
            al Obispo la visita, y le fulminaron causas; pero él, con apostólico celo, toleró
            sus providencias, reclamó de ellas, y defendió su honor y estimacion, hasta
            conseguir reponerse con ella de la injuria.
                    149.  Los visitadores procuran adquirir para sí lo que les permite la
            ocasion, y sacan por medios ilícitos cantidad considerable, ya por los creci-
            dos juegos que entablan con cajería que llevan con el disfraz de obsequio,
            ó por hacerse muy parciales con los curas en el disimulo de sus libertades y
            costumbres, llegando al término de permitir bailes y saraos en sus habitacio-
            nes, como lo practicó un visitador escandalosamente en la casa de un cura, su
            contemporáneo, y sobrino del Obispo, que con conocimiento de sus antece-
            dentes liviandades, le convidó con las mujeres que le habia congregado, para



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