Page 102 - La Rebelión de Tupac Amaru Vol 1
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Volumen 1
                                                             Representación de la ciudad del Cuzco
            que se le separase, lo que fué de su gusto; y despues de la cena, por sobremesa
            le presentó dos que fueron de su gusto, y fueron admitidas. El cura se hallaba
            odiado de la gente del pueblo, y resuelta á capitularle ante el visitador; pero
            haciéndose notorio aquel desacato y la unión con él, omitió la queja y quiso
            tomar la satisfaccion por sus propias manos, llegando al extremo de levantarse
            el pueblo para matarle, y lo hubiera hecho, á no salir fugitivo; y no volvió á
            él, porque el Obispo lo promovió a otro curato, conociendo la resolucion de
            la gente, que en tres veces ocurrieron al Obispo, y no consiguiendo más que
            oprobios y amenazas, la última vez hicieron la protesta de que se lo llevarian
            muerto, como lo intentaron.
                    150.  ¡Cuánto pudiera decirse menudamente de lo que sucede en cada
            curato, que diese más luz del atropellamiento con que tratan los obispos y
            visitadores las santas disposiciones de los concilios! pero omitimos su expre-
            sion huyendo del mayor escándalo, y terminamos la noticia á lo que es más
            general, y que se ha hecho como tolerada costumbre para consideracion de los
            daños y perjuicios que experimentan los vasallos de V. M. por estas comunes
            operaciones, y sirvan de comprobante á su perjuicio, que no se hallará ni dará
            razon del obispo o visitador que haya preguntado en las visitas ni en la propia
            ciudad por los aranceles sinodales, para ajustar por ellos la contribucion de
            los derechos, ni que los manden poner ni fijar en partes públicas, como está
            mandado por Reales cédulas, leyes y ordenanzas de V. M., siendo muy escru-
            puloso que estando mandado por el concilio tercero Limense, en la acción
            2a., capítulo II, que todos los curas, pena de excomunión mayor, tengan en su
            poder un tanto de él, y otro del concilio segundo Limense, no se pregunte por
            este preciso requisito, ni se les advierta á los curas la obligacion de cumplir sus
            decisiones, lo que que da bien á entender que se les deja vivir sin las reglas ni
            leyes que son peculiares a sus ministerios.
                    151.  Pero ¿qué mucho que los curas carezcan de aquellas luces y doctrinas,
            cuando todas las que deben observar los mismos obispos, y estan expresas en el san-
            to concilio de Trento para el modo de oposiciones á curatos y su provision, se alteran
            y quebrantan, procediéndose en esto sin más órden ni justicia que el empeño, co-
            locándose en los curatos los forasteros en perjuicio de los patricios, y los ignorantes
            áun en la lengua general, dejando a los que la poseen sin estos beneficios, no oyén-
            dose otro clamor que esta injuria, y que vence el interes al mérito? En el obispado del
            Cuzco se hallan al presente más de la mitad de los curas forasteros colocados en los
            principales curatos, por parientes, ahijados o familiares de los obispos.



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