Page 372 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Volumen 1
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            Aquella será buena para arruinar hombres tímidos y sin resolución; pero ha-
            blando los jefes del ejército al gobierno, es preciso que lo hagan con el carácter
            y claridad que les es propia y demanda la responsabilidad de sus destinos, y
            el alto interés con que se hayan ligados á la suerte del país: hagamos consistir
            nuestra fuerza en lo que la constituye esencialmente, es decir, en un cuerpo
            de ejército bien dispuesto y fomentado, y no en el que no se quiera suponer al
            enemigo: así no nos espondremos á equivocaciones amargas, y así iremos de
            acuerdo con los principios más conocidos.
                    Marchando con él tan pronto como sea posible á la campaña, ya dando
            al menos un desahogo con la ocupación del mineral de Pasco y de su sierra al
            comercio, á la agricultura y al giro común paralizado, se destruirá ese general
            descontento que produce la inacción y la miseria: alejaremos siquiera del cen-
            tro de las leyes esa guerra que tanto inquieta y distrae á nuestros representan-
            tes; y por fin daremos un paso de concierto con nuestros compañeros del sud.
                    Después de haber expuesto a Vuestra Excelencia los jefes del ejército
            sus conceptos, creen los fundamentos en que se apoyan, encontrarán en Vues-
            tra Excelencia la acojida que merecen siendo el amor á la patria y al interés
            público los únicos objetos que los impulsan, porque no pueden mirar con
            indiferencia desplomarse sensiblemente el edificio que tanta sangre y sacri-
            ficios cuesta. Ellos protestan ante la patria y á Vuestra Excelencia, que nada
            reservarán para evitarlo, porque puestos en la alternativa de perecer libres,
            ó de volver á ver el país dominado de españoles, la elección ya la han jurado
            solemnemente, y jamás desistirán del primer estremo; pero antes llevarán el
            consuelo de que, ni la generación presente ni la futura, culparán el semblante
            frío de unos simples espectadores, en quienes siempre ha encontrado la causa
            de la libertad, decisión y constancia.
                    Esperan también los jefes que representan, que Vuestra Excelencia se
            servirá someter esta exposición á la consideración del Soberano Congreso, de
            cuyo alto poder se prometen lo que falte al de Vuestra Excelencia.— Cuartel
            general del Ejército del centro en Lurín á 18 de Enero de 1823 – 4° y 2° – Gene-
            ral en jefe, Juan Antonio Alvarez de Arenales – Segundo general, Andrés San-
            ta Cruz – Jefe del Estado Mayor, José Manuel Borgoña – Coronel de cazadores
            del Perú, Ramón Herrera – Coronel de Húzares, Federico Brandsen – Coronel
            del núm. 4, Manuel Rojas – Comandante del núm. 2, Félix Olazabal – Coman-
            dante del num. 3 Juan Pardo Zela – Comandante de la Legión, José Videla.
                    Nota.– No se recibió contestación a esta consulta.



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