Page 371 - José de la Riva Aguero - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de José de la Riva Agüero
            fomentarlos en razón de sus facultades se resienten de la desmoralización que
            es consiguente á la disminución de fuerza, al aumento de necesidades, á un
            acantonamiento molesto, que no entretiene su ambición de gloria; y lo que no
            es menos a la diferencia de consideraciones entre el militar de campaña, que
            cumple con su deber y queda sujeto al orden justo y regular de su escala, y
            entre el que entretenido sólo en pedir y solicitar, distrayendo las atenciones de
            Vuestra Excelencia, opta con preferencia antigüedades indebidas y ascensos
            repetidos con degración de la milicia.
                    Este es el punto de vista que se presenta en un estado hasta ahora feliz
            sin contradicción de la fortuna, y en un orden no interrumpido de sucesos
            favorables; pero si se considera que estamos espuestos a contrastes tan comu-
            nes en la guerra ¿cuál sería señor Excelentísimo, despues del mas pequeño, no
            contando con una reserva ni con elemento alguno para reparar una pérdida?
            Ya no sería fácil en ese caso por grandes que fuesen los esfuerzos, encontrar-
            lo todo al pronto: no se hacen soldados ni se forman oficiales en un día, ni
            tampoco se restablece la confianza y espíritu público sin un cuerpo de apoyo
            capaz de conservarlo, porque entonces no se mira más que el peligro presente,
            y la dificultad de repararlo hace que todo ceda a la confusión, de nada valdría
            el heroico esfuerzo de un pueblo amante de su libertad.
                    ¿Por qué se ha de esponer a este extremo fatal la suerte del Perú? El ha
            depositado en Vuestra Excelencia su confianza y seguridad; y Vuestra Exce-
            lencia no la desempeña, mientras que desprendido de todas consideraciones,
            no ponga en ejercicio los medios que están a su alcance, sin otra idea que la
            de ser libres: este es el voto general, este el concepto en que Vuestra Excelencia
            manda, y todo debe ceder a este principal objeto. Por poco que Vuestra Exce-
            lencia se distraiga de él, es responsable de los males que pueden sobrevivir. Se
            necesita completar el ejército a una fuerza capaz de emprender con esperanza,
            provista de los necesario; y ya que se ha malogrado tanto tiempo, no se dilate
            más el hacerlo. Quiera Vuestra Excelencia usar debidamente de los medios
            que pone en sus manos un pueblo patriota y generoso: conciba este que sus
            esfuersos que serán los últimos, le comprarán la paz que tanto desea; y se verá
            desaparecer ese adormecimiento triste que no es conforme ni al carácter ni á los
            sentimientos del pueblo peruano, conocido entre otros día en el 7 de Setiembre.
                    No nos alucinemos Señor Excelentísimo, con la ridícula idea de creer
            débil al enemigo, ni suponerlo falto de planes y combinaciones, para hacer lo
            que importa: él ha sido siempre astuto, emprendedor y sobre todo, infatigable.



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