Page 600 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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damentar además por qué hay que darle al Esta-  paran en expulsar toda posibilidad de inversión
                  do democrático todas las armas posibles, dentro  que genere trabajo y bienestar para los más po-
                  de la democracia, para defender la esencia del  bres que dicen redimir; terroristas que son los
                  Perú, que es su población, los 22 millones de pe-  primeros violadores de los derechos humanos y
                  ruanos.                                     que, por tanto, no tienen autoridad moral algu-
                                                              na para pretender dictar cátedra sobre derechos
                  El Estado democrático, como he dicho, tiene el  humanos y que, por el contrario, sorprenden la
                  deber fundamental de defender a la nación. Por  buena fe de los verdaderos defensores de los de-
                  eso es que aquí nadie ha discutido la pena de  rechos humanos cuando, siendo detenidos o cap-
                  muerte para los traidores a la patria. Yo no he  turados, recurren a las normas de ese viejo y po-
                  escuchado, ni conozco proyecto alguno presenta-  drido Estado que ellos dicen tener la intención
                  do hasta ahora, para derogar el artículo consti-  de destruir. Ahí sí se acuerdan de la Constitu-
                  tucional que establecía la pena de muerte para  ción, ahí sí se acuerdan de las leyes y de los dere-
                  los traidores a la patria.                  chos ciudadanos; leyes y derechos ciudadanos y
                                                              Constitución que violan permanentemente.
                  ¿Acaso igual argumento no podría haber sido
                  expresado en defensa de la vida y del amor, para  El pueblo peruano tiene el derecho de defender-
                  defender la vida de aquél que filtrando informa-  se y sus autoridades tienen el deber de sancio-
                  ciones de seguridad nacional, colaborara con el  nar a los enemigos del pueblo. No es cierto que
                  enemigo de la patria? ¿Acaso alguien ha presen-  al aplicar la pena de muerte se tome una deci-
                  tado un proyecto para modificar y eliminar la  sión fría, poniendo al mismo nivel de los asesi-
                  pena de muerte para los traidores a la patria?  nos a quienes cumplen un deber. Si bien es cier-
                  ¿Dónde están las voces que se alzan hoy día en  to que los daños causados por el terrorismo son
                  defensa de la vida y del amor?              irreparables y las vidas sacrificadas no volverán,
                                                              también es cierto que todo el daño ocasionado
                  Nosotros, sí señor, también defendemos la vida y  está siempre presente en el inmenso dolor que
                                                              mantienen las heridas en carne viva y que mere-
                  también amamos a nuestra población. Pero te-  cen algún resarcimiento.
                  nemos que cumplir deberes a veces ingratos, y
                  para eso uno asume la responsabilidad de gober-  El señor PRESIDENTE.— Señor Olivera, le
                  nar, para eso uno asume la responsabilidad de  ruego, por favor, terminar, que han acabado los
                  legislar, para eso uno asume el riesgo inclusive  dos turnos.
                  de poder equivocarse, porque humanos somos, y
                  hay que establecer prioridades, de acuerdo a la  El señor OLIVERA VEGA (FIM).— Señor
                  realidad concreta de cada país.Yo dificulto que  Presidente, pido se consulte una ampliación de
                  un fenómeno de las características demenciales,  cinco minutos.
                  como Sendero Luminoso o el MRTA, se haya re-
                  producido en otras partes del mundo. Y digo esto,  El señor PRESIDENTE.— De acuerdo. Se va
                  porque estamos hablando, en primer orden, de  a consultar el pedido. Los señores congresistas
                  ampliar la pena de muerte para los terroristas,  que estén de acuerdo en concederle cinco minu-
                  para los cabecillas terroristas, y esto hay que re-  tos adicionales al señor Olivera Vega, se servirán
                  cordarlo todas y cada una de las veces en que  manifestarlo levantando la mano. (Votación). Los
                  hablamos del terrorismo.                    que estén en contra. (Votación). Acordado.

                  Terroristas, señor, que matan inocentes cobar-  Continúe, señor Olivera Vega.
                  demente; terroristas que destruyen bienes ma-
                  teriales; destrucción que, finalmente, es pagada  El señor OLIVERA VEGA (FIM).— Muchas
                  con el hambre de un pueblo a quien se le impone  gracias, señor Presidente y colegas.
                  el enorme costo económico de la violencia, un
                  costo económico superior o igual al monto de  Sostenía que el terrorismo, y el terrorista en par-
                  nuestra deuda externa y que lo pagan, sobre todo,  ticular, es como un cáncer de la sociedad que se
                  los más humildes.Un costo económico que signi-  debe extirpar de raíz. Antes se ha aplicado la pena
                  fica la destrucción, y que significa el inmenso  de muerte a insanos delincuentes, violadores de
                  gasto que hay que realizar para reprimir esos  niños, asesinos. ¿Por qué no aplicarla a genocidas
                  movimientos asesinos, criminales, que intimidan  terroristas? ¿Qué diferencia puede haber entre
                  a la población, que pretenden someter, porque  un Pichuzo o un Monstruo de Armendáriz y el
                  no pueden convencer con ideas que no tienen;  genocida Guzmán? ¿Qué privilegio tiene el señor
                  terroristas que, con su accionar, pretenden crear  Guzmán o un Polay o cualquiera de esos cabeci-
                  el caos permanente y dejar en la más remota le-  llas asesinos? Se argumenta que la pena de muer-
                  janía las posibilidades de convivencia pacífica;  te no tendría efectos disuasivos. Yo discrepo, y
                  terroristas que, en sus macabros planes, no re-  creo que la realidad demuestra todo lo contrario.



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