Page 596 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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los que se llamaban los liberales y los conserva- Por otro lado, tengo que advertir, como ya se ha
dores, éstos últimos identificados también como dicho, que es sólo a partir de 1995 que podría
autoritarios en la terminología de la época. Los aplicarse en realidad esta pena. Y ya habrá otro
autoritarios o conservadores a favor de la aplica- gobierno, habrá otro concepto, habrá otros seño-
ción de la pena de muerte al delito político, y los res sentados en este Congreso, habrá otras auto-
liberales en contra, sustentando y argumentan- ridades políticas, que es a ellas a quienes les va a
do conceptos similares a los que hoy día he escu- tocar una decisión de esta naturaleza que van a
chado. tener que heredar, porque este Congreso así lo
ha decidido.
Mi opinión, señor Presidente, es que el Estado
no debe rebajarse, como ya se ha subrayado, al Termino diciendo, señor Presidente, que, aparte
nivel del terrorista político. El Estado es una for- de las ideas tan respetables que he escuchado,
taleza de civilización y de orden, que es lo último yo no puedo votar a favor de la pena de muerte,
que, finalmente, queda dentro de la vida huma- porque mi educación no me lo permite; y es que
na en sociedad para poder proyectar dignidad de a pesar de que no soy un cristiano riguroso como
esa sociedad hacia la comunidad. No creo, por Rafael Rey, a quien admiro en ese sentido, por
ello, que el Estado deba asumir las impregnacio- cumplir con todos los preceptos de la Iglesia, sin
nes de esas pasiones rechazables, como son la embargo mi cultura, al menos, es cristiana.
venganza y el odio, que están de todas maneras,
al fondo, en el centro, palpitando en la pena de Y, por lo tanto, mi educación liberal del Colegio
muerte. de la Recoleta, con los sacerdotes franceses que
desde niño me educaron en la liberalidad y en el
Ya el país ha vivido ensangrentado durante trece respeto al prójimo, hacen de mí un hombre ya
años por la demencia de los terroristas, y no es maduro al que le es imposible cambiar de opi-
posible que el Estado también asuma este tipo nión a estas alturas. Este colegio, que en estos
de actitudes. No le hace un bien internacional al meses cumple cien años de existencia, una vez
Perú sino más bien todo lo contrario.
más hace repercutir en mí las enseñanzas de los
viejos maestros, a quienes agradezco una vez más
Quiero subrayar, también, algo que creo no se
ha dicho. Para mí, que tengo hijos menores, se- hoy día, porque me empujan a una convicción
que es el respeto a la vida; y por ello anuncio mi
ría muy desagradable que la niñez y la juventud
vean que la violencia es también asumida por el voto abolicionista, mi voto en contra de la pena
Estado; que vean que los medios de comunica- de muerte.
ción porque ése es el objetivo y destino de los
medios, buscar lo interesante, la noticia escar- El señor PRESIDENTE. Tiene la palabra el
ben, durante los días anteriores a la ejecución de señor Olivera y después el señor Moreyra.
algún terrorista, en la vida y milagros de esa per-
sona, y creen ese tipo de novelería alrededor de Doctor Moreyra, parece que el señor Olivera le
la biografía de estos personajes, como acostum- quiere conceder el turno, en un acto de generosi-
bra hacer el periodismo. Vamos a vernos, enton- dad nunca antes visto.
ces, encerrados en el problema de estar leyendo
durante días de días, antes de una ejecución, la El señor MOREYRA LOREDO (SODE).
fecha que falta, lo que ocurre, cómo está ence- Señor Presidente: El tema general es si es bueno
rrado, quién fue, quién fue su amante, quién fue para la sociedad en su defensa quitar la vida a
su esposa, cuántos hijos tiene. Es decir, que una quien al delinquir la ofende.
vez más las páginas de los periódicos y los me-
dios de comunicación estén, desgraciadamente, Ante todo, ¿puede el hombre quitar la vida a otro?
proyectando hacia la comunidad una atmósfera De acuerdo a todos los principales sistemas reli-
enrarecida. giosos, bases sellos de la ley natural en todas las
sociedades, en principio sí.
Finalmente, quiero subrayar que ya desde el si-
glo XVIII, quien revise a los tratadistas, podrá Con excepción del Jainismo, en sus demás ver-
ver que en muchos de ellos se asevera que no es siones los sistemas monistas orientales con un
disuasiva la pena de muerte para personajes fa- Dios impersonal que está en todas partes y por
náticos, para personas apasionadas, para quie- tanto también en cada hombre, el cual debe as-
nes creen en convicciones que los enceguecen. pirar a perder su yo e integrarse al uno se dis-
Más aún, hay que decir que lo contrario, que es tinguen porque diferencian entre el cuerpo que
la cadena perpetua, sí es disuasiva para los puede morir y el principio de la vida que, para
tratadistas que uno puede revisar desde hace dos realizarse, debe abandonar la ilusión de la vida
o tres siglos hasta la fecha. en la tierra, es decir, debe morir.
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