Page 597 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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Más aún, el Baghavad-Gita, la canción del señor Sin embargo, para que la defensa propia, ade-
del Mahabharata, el máximo texto religioso hin- más de buena, sea justa, he tenido que calificar
dú, señala, por la boca de Krisna, que si el Prín- si no hay más remedio. Es decir, la defensa pro-
cipe Arjuna no mata conforme a su obligación de pia exige, primero, un peligro real inmediato con-
casta en tanto que guerrero, si no cumple su tra mi vida, de modo que haya proporcionalidad
Dharma, peca, pues cada quien debe aceptar el en la respuesta; y segundo, que yo no disponga
deber para el que ha nacido, sin pretender modi- de otro medio eficaz para anular el peligro. Más
ficar las leyes inmutables del universo. allá de este caso, el único evidente, puede irse
más lejos.
Sólo el Jainismo niega la bondad de matar a todo
otro ser vivo, hombre o animal. Pero esta excep- Muchos dicen que sí es bueno, relativamente, qui-
ción no se debe a principios morales, sino a la tar la vida a otros en caso de traición a la patria
creencia de que no se debe interferir, acelerán- durante una guerra externa. En tal supuesto, la
dolos, los ciclos de la transmigración. sociedad está frente a un peligro mortal venido
de fuera; un peligro que no sólo compete o por lo
En cuanto a las religiones monoteístas, con un menos amenaza gravemente la libertad y demás
Dios único y excluyente, las tres principales per- derechos fundamentales de sus ciudadanos, sino
miten al hombre, en ciertas circunstancias, qui- que incluso garantizándolos, pone en peligro sus
tar la vida a otro. vidas, cientos de vidas, de continuar la guerra.
En tal caso cabe pensar que como respuesta in-
La Biblia, base del Judaísmo y del Cristianismo, mediata al peligro contra la propia vida de mu-
y el Corán, base del Islamismo, no dejan lugar a chos y de cualquiera, la sociedad, en defensa de
duda, con múltiples y reiterados textos, que se- todos, puede ordenar matar a quien es el enemi-
ría cansado citar; más aún, en la doctrina cris- go o, más grave aún, a quien no siéndolo traicio-
tiano-católica y protestante por igual, y en el Is- na a su patria y se confabula con el enemigo. Es
lamismo, que distingue también claramente en- un caso extensivo de la defensa propia, y lo creo
tre el alma inmortal que no puede morir y la vida razonable y justo.
en la tierra que sí puede suprimirse.
Se trata de salvaguardar la supervivencia de la
En términos absolutos, pues, sí puede ser bueno
para la sociedad que en ciertas circunstancias, misma sociedad puesta en peligro, lo que confi-
gura una proporcionalidad adecuada. Si no hay
en su defensa, quite la vida a quien al delinquir
la ofende. Queda el argumento que eso era váli- otro medio eficiente para lograr esa defensa, se
do para otros tiempos, que el progreso moderno justifica que la sociedad mate al traidor. Ahora
convierte en anacrónica esa creencia. Tal aserto bien, ¿cabe, además, que la sociedad ordene ma-
no resiste análisis. Aparte de negar todas las re- tar en situación de paz a quien delinque grave-
ligiones, supone que el avance del hombre es li- mente contra ella? A mi juicio, no. En ningún
neal, que se civiliza conforme pasa el tiempo. caso.
Nada más falso. La verdad puede estar más en el
pasado que en el presente, lo cual es válido no En primer lugar, porque el criminal, por grave
sólo para el que cree en la revelación, sino, mo- que haya sido su crimen, es producto de la socie-
destamente, en la intuición. La tesis del progre- dad en que vive, por lo menos en una altísima
so constante es una falacia. proporción, y la sociedad, por tanto, siendo juez
y parte, difícilmente puede juzgarlo con objetivi-
Si bien, pues, no hay una objeción absoluta, ¿la dad. Más aún, le debe siempre una nueva opor-
habrá relativa? En principio, parece que sí. Sien- tunidad, previa corrección y, si es posible, reha-
do el hombre cuerpo y alma, la culminación de la bilitación del delincuente.Segundo, porque pre-
vida, su forma más perfecta, el único ser en el so ya, no hay un peligro inmediato.Tercero, por-
universo conocido que puede reflexionar trans- que existe, en el supuesto de creerse que no es
cendiendo lo inmediato, siendo cada vida huma- posible la corrección y la rehabilitación del de-
na preciosa, ¿qué puede ser tan importante, tan lincuente, otro medio igual de eficaz, al menos
excepcional, como para justificar una muerte? en teoría, para anular el peligro potencial: la pri-
Pareciera que no hay valor social que pueda so- vación perpetua de su libertad.Creo, además, que
breponerse al derecho de cada persona a vivir. la pena de muerte no es disuasiva respecto a otro
criminal empedernido, ni tampoco, probablemen-
Y, sin embargo, hay un caso claro en donde sí te, respecto a los demás criminales posibles. En
cabe sin duda la excepción: es la defensa propia. el primer caso, justamente porque es empeder-
Es decir, si mi vida está en peligro por la acción nido. En el segundo, porque es conocido que es
de otro hombre, puedo yo, en defensa propia, y si muy escaso lo que se aprende en cabeza ajena.
no hay otro remedio, matar. Creo que esta ex- Pero, aun si lo fuera, sigue siendo un hombre y,
cepción se acepta universalmente. como tal, tiene derecho a su vida salvo el caso de
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