Page 592 - Debate Constitucional 1993 - Tomo II
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El señor SAMBUCETI PEDRAGLIO (FIM).—        tiene el derecho de eliminar al hombre, porque
                  Muchas gracias, señor Presidente.           el hombre no le dio la vida al hombre. Es la divi-
                                                              nidad la que da la vida al hombre, y no creo que
                  El tema de la pena de muerte y la decisión sobre  sea justo que el hombre, por sus propias manos,
                  ella es un tema de conciencia y de mucha impor-  se tome el derecho de eliminar a otro ser huma-
                  tancia. En el caso personal de quien les habla,  no.
                  estuve, en un principio, en favor de la pena de
                  muerte. Pero, conforme se venían acercando los  Yo siempre me hago esta pregunta: ¿no será la
                  días de esta gran decisión, he ido reflexionando  cadena perpetua mayor castigo que la pena de
                  sobre las posibilidades de que el voto que yo emi-  muerte? ¿No será terrible el vivir...
                  ta sea en contra de ella.
                                                              El señor PRESIDENTE.— Le ruego, señor
                  Quiero narrar una experiencia personal, señor  Sambuceti, que termine.
                  Presidente. En setiembre del año pasado, una
                  semana antes de la captura del criminal Guzmán,  El señor SAMBUCETI PEDRAGLIO (FIM).—
                  el lugar donde yo trabajaba sufrió un atentado  Si fuera tan amable, señor Presidente, le pido
                  por un coche-bomba. Cuando fui en la mañana a  concederme sólo cinco minutos, yo nunca me
                  la radio, pude ver cómo había quedado mi centro  excedo en el tiempo.
                  de trabajo, el trabajo de mis hermanos y de mi
                  padre. Mi oficina, por ejemplo, no existía; ésta  El señor PRESIDENTE.— Si alguna persona
                  había volado completamente. Lo primero que  de su bancada desea...
                  sentí fue impotencia, una impotencia realmente
                  grande, porque ya el hecho estaba consumado y  El señor SAMBUCETI PEDRAGLIO (FIM).—
                  no había forma de recuperar lo que en ese mo-  En todo caso, si usted pudiera consultar se me
                  mento teníamos por perdido.                 den cinco minutos más; yo nunca me excedo en
                                                              el tiempo durante mis exposiciones, señor Presi-
                  Los días pasaron, y de la impotencia pasé a la  dente, pero creo que es necesario que hable unos
                  decepción; a la decepción, porque lo que yo espe-  minutos más.
                  raba en esos momentos de la sociedad, de las per-
                  sonas, era ayuda para nuestro caso, para nues-  El señor PRESIDENTE.— Vamos a consultar
                  tra familia. Pensé que la sociedad iba, de alguna  para ver si le concedemos los cinco minutos adi-
                  manera, a tendernos la mano; por ejemplo, a tra-  cionales. Como le digo, son veintitantas perso-
                  vés de Defensa Civil, a través de la Municipali-  nas.
                  dad, a través del Gobierno, por todo lo que pade-
                  cimos en aquel momento. Pero esa sociedad no  Los señores congresistas que estén de acuerdo
                  nos tendía la mano, y nosotros tuvimos, por nues-  en concederle cinco minutos adicionales al señor
                  tros propios medios y esfuerzos, que tratar de  Sambuceti Pedraglio, se servirán manifestarlo le-
                  salir de aquella desgracia, que, gracias a Dios, no  vantando la mano. (Votación). Los que estén en
                  tuvo repercusiones de vida, sino solamente de  contra. (Votación). Acordado.
                  daños materiales.
                                                              Continúe, señor Sambuceti.
                  Pienso que en el Perú todavía no logramos los
                  mecanismos para poder ayudar a esas personas  El señor SAMBUCETI PEDRAGLIO (FIM).—
                  afectadas por la violencia y revertir de alguna  Muchas gracias, colegas congresistas.
                  manera el dolor que han sufrido. Ello no implica
                  que, pese a haber pasado por ese trance, yo bus-  Creo, señor Presidente, que yo no puedo dejar-
                  que, igual que cualquier criminal terrorista, a  me llevar por la misma pasión por la que se de-
                  través de la pasión —o de las pasiones que tiene  jan llevar los terroristas cuando cometen sus ac-
                  el ser humano—, la venganza de ese hecho. Creo  tos: pasiones de odio, de venganza. Porque, si yo
                  que es más humano, es mucho mejor, tratar de  actuara con la misma pasión con que ellos ac-
                  buscar la concordia y la paz entre los peruanos,  túan, también tendría el mismo derecho al odio
                  que eliminar a los malos peruanos para conse-  y a la venganza.
                  guir la paz a través de eso.
                                                              Quien les habla no cree tener capacidad de odio.
                  Creo que la violencia en el Perú tiene raíces muy  Creo que la sociedad es injusta, pero creo en la
                  profundas. La violencia en el Perú se da por una  vida. Por ello, señor Presidente, voy a votar en
                  serie de desigualdades, por falta de oportunida-  contra de la pena de muerte.
                  des, por un sistema social sumamente injusto.
                  Con esto, no quiero justificar de ninguna mane-  Por otro lado quisiera, lo deseo fervientemente,
                  ra el acto terrorista; pero creo que el hombre no  de todo corazón, que si este Congreso aprueba la



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