Page 65 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
reconocerá Vuestra Excelencia por varias cartas que van insertas en los do-
cumentos adjuntos, cuanto les ha aterrado para evitar la comunicación con
aquel reo. No cesan mis conminaciones por estos medios y tengo encargado a
mis curas las agraven, amonesten y continuamente prediquen esto mismo. La
experiencia nos va comprobando esta bella operación y por todas partes me
desvelo a estorbar los progresos que tanto nos perjudican y cortar de raíz un
daño que sería irreparable, sino se ataja en sus principios.— Las repetidas no-
ticias que me comunican los curas y otros de mis súbditos y que franqueo a la
Junta de Guerra, no conducen poco a aquél fin: y a la verdad, que ha sido este
el cauce, por donde se han bebido importantes avisos para precaver muchos
males; compeliendo a los dichos párrocos a la residencia en sus beneficios,
no obstante las muchas representaciones que me han hecho para abandonar
sus feligresías, por el temor de lo que les amenaza, a fin de que me participen
cuanto vean y experimenten; para que todo sirva de gobierno en las providen-
cias que se tomaren: Al mismo intento y por haberse reconocido mucho fruto
en la misión pasada, he dado providencia para que se repita en mi Catedral en
el idioma índico, por religiosos mercedarios de apostólico celo, a fin de que
soliden a los fieles en la fidelidad al soberano y los aparten de las perniciosas
sugestiones, que por todas partes, y de todos modos ha sembrado el rebelde.
Dios concurra a mis solicitudes y guarde a Vuestra Excelencia muchos años.
Cuzco y diciembre veinte y uno de setecientos ochenta.— Excelentisimo Se-
ñor.— Besa la mano de Vuestra Excelencia su más reverente servidor y segu-
ro capellán.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.— Excelentísimo Señor Don
Agustín de Jáuregui.— Es copia de su original.— Doctor Frias, Secretario.—
(Al margen: Otro informe de Su Ilustrísima)
Excelentísimo Señor.— Muy Señor mío: Después que todos mis infor-
mes hasta aquí no han respirado sino sentimientos del pesar que nos oprime
a visita de tantas tribulaciones, como por todas partes nos circundan desde
el momento fatal en que el Cacique de Tungasuca hizo público su detestable
designio de rebelión contra los dominios y sagrados derechos de nuestro Au-
gusto Soberano, en el día deja algunas treguas la pena para el consuelo con dos
acciones gloriosas, que acaban de conseguir nuestras armas contra los indios
rebeldes.— Ya expreso a Vuestra Excelencia en la que acompaña con fecha del
día de ayer, que aunque el insurgente Tupa Amaro se hallaba divertido hacia
aquella parte de la quebrada de Vilcanota para combatir nuestras tropas de
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