Page 60 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            sima por el conocimiento que me asiste del amor que profesa al soberano de
            su honor y actividad con que espero, que su celoso ánimo contribuye a desa-
            rraigar la cisaña que el enemigo común ha sembrado e intentado propagar en
            los corazones de los fáciles indios, por medio del espíritu perverso del infiel
            Tupa Amaro.— Dios guarde a Vuestra Señoría Ilustrísima muchos años. Lima
            veinte y cuatro de diciembre de mil setecientos y ochenta años. Ilustrísimo
            Señor. Besa la mano de Vuestra Señoría Ilustrísima su mas atento servidor.—
            Don Agustín de Jáuregui.— Al Ilustrísimo Señor Obispo de la Santa Iglesia del
            Cuzco.—


                    (Al margen: Informe a Su Excelencia)
                    Excelentísimo Señor: Por el último expreso que dirigió a Vuestra Ex-
            celencia esta Real Junta el veinte y nueve del inmediato noviembre, participé
            cuanto ocurrió hasta aquella data, sobre el rebelde José Tupa Amaro, de que
            acompaño el duplicado y ofrecí a Vuestra Excelencia remitir los autos que se
            han obrado, como lo ejecuto en esta ocasión. Ellos darán una plena idea de
            los acaecimientos con la mayor individualidad, por las noticias, cartas y otros
            documentos que se han adquirido y enviado los curas de aquellas partes, que
            se hallan prevenidos a comunicar sin dilación lo que supieren.— Del veinte y
            nueve citado a esta parte sabemos que el tirano enderezó su ruta a la Provincia
            de Chumbivilcas, cuyos vecinos aún sin la presencia de aquel, acometieron
            a su corregidor Don José Ignacio Campino, que salió prófugo al asiento de
            Caylloma, como tengo expresado a Vuestra Excelencia. El veinte y seis del ci-
            tado dió órdenes, nombró Justicia Mayor en el Pueblo de Livitaca de la dicha
            Provincia con título a favor de Juan de Zubisarreta, vecino del mismo pueblo y
            con la circunstancia de que los delitos de hurto, mentira y embriaguez se cas-
            tigasen con pena de la vida y encaminándome al mineral de Quivio, cito entre
            el pueblo de Chamaca y Velille, de cuyo suceso no se sabe hasta aquí.— Las
            provincias de Chucuito, Puno, Lampa, Azángaro y Carabaya, se han puesto en
            movimiento contra el rebelde, comandadas por sus corregidores, manifestan-
            do su lealtad al soberano y amor al real servicio, y esperan reunir sus fuerzas
            en el lugar que se les designe por esta Real Junta de Guerra, con las demás pre-
            venciones de atacar u observar que se les dieren; pero como todos los caminos
            se hallan llenos de emboscadas y se interceptan las cartas de correspondencia
            hay mucha dificultad en comunicarlas y se ha tomado el arbitrio de despachar
            un clérigo que las conduzca el mismo por cuyo medio se participaron por el



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