Page 66 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            las cinco provincias unidas, que forman una santa liga contra él y sus infames
            parcialidades, no por eso han cesado las hostilidades: causadas de multitud de
            alzados, que aprovechándose de la ocasión, han acometido diferentes pueblos
            ejerciendo con furor caribe el robo y dando muertes a cuantos encontraban,
            sin perdonar sexo, ni estado y como no hallaron resistencia continuaban el
            tiranicidio por la quebrada de Calca a pasar a las contiguas de Huayllabamba
            y Urubamba, pero en las inmediaciones de aquella, fueron sorprendidos de
            un grueso de tropas nuestras que se destacó desde esta ciudad al comando
            del Corregidor Don Juan Nicolás de Lobatón y derrotados murieron de los
            rebelados ciento treinta y tantos, según el computo que se hizo, fuera de mu-
            chas que, o por miedo o por desesperación, se arrojaron al río y perecieron,
            cuyo número se ignora; y otros heridos, que con los demás se entregaron a
            una precipitada fuga, abrigándose en la inmediata serranía: Dícese que nues-
            tras armas los persiguen hasta el pueblo de Calca y más adelante para acabar
            con ellos: el cura de Huayllabamba escribe, era muy numerosa la multitud de
            cadáveres que llevaba la corriente a los que no permitió se les diera sepultura
            eclesiástica, por ser indignos de ella, unos bárbaros a quienes no había queda-
            do de cristianos, sino el nombre y el carácter indeleble; a esta satisfacción se
            ha seguido otra no menos plausible por sus circunstancias. No fué Señor Ex-
            celentísimo vana la confianza de la cacique Micaela de Bastidas, que asegura
            tener de su parte las parroquias suburbanas, pues ya hemos visto, que muchos
            indios de éstas levantaron armas para debelarnos y perpetrar los latrocinios.
            Se juntaron en multitud confusa a este fin en la Pampa de Chita, legua y media
            distante de esta ciudad, cuya noticia causó extraña confusión en los ánimos, y
            ya se afirmaba teníamos a los enemigos dentro. Toda la noche del día de ayer
            se pasaron sobre las armas y muy de mañana se destacaron algunas compañías
            del Regimiento de Andahuaylas, que dieron con ellos, los batieron, mataron
            a muchos, cuyo número aún no se sabe, trajeron prisioneros veinte y tres, y
            los demás se remontaron fugitivos a los cerros, siendo lo mas singular, que en
            ambos combates, ninguno de los nuestros ha peligrado. Estos triunfos con-
            fieso no son tanto en su entidad, como en las buenas resultas que nos dejan:
            Así, los nuestros redoblan el valor, cobran alientos y acuden el terror pánico,
            que les dejó la derrota pasada, padecida en Sangarará; y por el otro aspecto los
            rebeldes escarmientan y los demás se contienen.— A consecuencia de esto y
            teniendo bien inspeccionadas nuestras pocas fuerzas, he juzgado, estamos en
            el caso, que por todos derechos es lícito y aún obligatorio a los eclesiásticos, tomar



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