Page 63 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            rebelde Tupa Amaro; en la citada no solamente recibo el honor que Vuestra
            Excelencia me hace en el concepto de mi celo por la religión, amor al Rey y
            deseo de la quietud pública, sino el consuelo del nuevo socorro de tropas, que
            ha determinado Vuestra Excelencia en la Junta Extraordinaria, que para ello
            se· formó y que se conducen por los Señores Visitador e Inspector General en
            unión del Señor, Oidor, que les acompaña, no hay duda que con esta plaucible
            noticia y oportuno auxilio a respirado este consternado pueblo en medio de
            las aflicciones que por todas partes le cercan. Duran las angustias, porque no
            descansan las operaciones del tirano; pero ensancha el ánimo la prontitud de
            los auxilios y el conocimiento de la cordura, prudencia y pericia militar de
            que se adornan los recomendables sujetos, a quienes ha confiado Vuestra Ex-
            celencia la expedición. Prométome el más feliz éxito y bajo de esta esperanza,
            confío el restablecimiento de esta parte principal del reyno, que a toda prisa
            subvierte aquel traidor, como lo anuncian los sucesos pasados y siguientes.—
            Ya expuse a Vuestra Excelencia en el anterior correo con los respectivos docu-
            mentos en testimonio, todo lo acaecido hasta entonces. Desde aquella fecha
            no han cesado las zozobras, porque nos ha tenido en continuo movimiento y
            fatiga la cavilación del sublevado. Este después de los atentados cometidos en
            la Capital de la Provincia de Chumbivilcas, doctrinas de Coporaque, Yauri y
            Pichigua de la de Tinta, que ya ha sujetado a su dominación, se dirigió a los
            términos de la Provincia de Lampa, fijando sus tropas hacia la raya del Vilca-
            nota, tránsito regular a las provincias de arriba y garganta de todo el reyno.
            No se ha podido saber por repetidas diligencias que se han hecho, lo que se
            haya obrado en este sitio, ni por los nuestros, ni por el rebelde, no obstante
            las prevenciones, que se hacían por los de Lampa, Azángaro y Carabaya, por-
            que todos los pasos, caminos y veredas se han cogido, de tal suerte que no
            hay medio para internarse una carta, ni expreso, tanto de aquella parte como
            de ésta. Asi, nos vemos en un caos de confusiones, pues no es fácil deliberar,
            por no saberse del estado del enemigo.— Las disposiciones que desde allí va
            dando y desde el lugar de Tungasuca, su mujer, Micaela Bastidas, conmueven
            más los pueblos y a cada paso se reciben noticias en la Junta de Guerra de esta
            ciudad, por las cartas que se interceptan y espías que se aprehenden, de lo que
            se intenta por estos tiranos. Ha cundido de modo el contagio en la Doctrina
            de Calca de la Provincia de Paucartambo, que se mandó escolta de soldados
            a su contención. La sublevación de esta Doctrina ha ocasionado grande rui-
            na en las haciendas y estancias de su comarca. Enteramente han saqueado,



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