Page 58 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Volumen  3
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            suplicio del corregidor Arriaga, se experimenta esta quiebra, a que número no
            llegará en lo sucesivo, si sigue la traición y movimiento? Ha respirado en mu-
            cha parte el conflicto del vecindario con la venida de Don Manuel de Villalta,
            Corregidor de Abancay, que hizo su ingreso con doscientos y cincuenta hom-
            bres, entre mestizos y españoles. El honroso aliento de este distinguido oficial
            ha hecho revivir estos ánimos que ya se veían en suma decadencia, debiendo
            a su conducta e infatigable esmero, alguna instrucción de estas milicias nada
            disciplinadas en el manejo de las armas, de que se le ha nombrado Inspector
            General por la Real Junta de Guerra. Se espera por instantes la tropa que remi-
            ta Don Antonio de Villalva, Corregidor de Andahuaylas, que se considera
            también impérita. Algún refuerzo lograremos con estos auxilios, pero con
            todo nada es bastante a la expugnación del enemigo, si Vuestra Excelencia no
            despacha lo que esperamos de esa ciudad con los pertrechos de municiones y
            armas de toda especie, de que tanto carecemos, pues se halla esto aún destituí-
            do de pólvora, por no encontrarse el principal simple del azufre, que esencial-
            mente la compone y se reconoce por el plan que ayer se entregó al Inspector,
            no haber más que cuarenta libras y siendo la gente en que confiamos poca, se
            hace menos si no tienen armas para la defensa.— Si a esto agregamos el des-
            concierto de la Junta de Guerra, crece de sobremanera el desaliento, apenas se
            ve por pocos instantes algún consuelo, cuando éste se turba por los mismos,
            que deponiendo reprehensibles personalidades debían sólo respirar unifor-
            mes dictámenes a beneficio público.— En esta Asamblea sólo se trata de eti-
            quetas, discordias y desavenencias interiores, que ocupan el tiempo precioso y
            dejan muy perjudiciales resultas. Apenas hay sujeto de los que la componen
            que una sus sentimientos al principal objeto de la defensa y este es, un nuevo
            escollo que causa mayor daño, que la misma rebelión. El caballero Villalta ha
            tenido que sufrir todos los sinsabores, que a un hombre de honor debe causar
            este modo de pensar, viéndose ligadas las manos que nunca mas se necesita
            estar expeditas y francas para obrar; pero contemplando que de abandonar la
            empresa será responsable el Rey de las malas consecuencias, sufre con disimu-
            lo y sólo procura tirar las líneas conducentes a mantener esta débil fuerza
            hasta que Vuestra Excelencia provea de un sujeto autorizado que tome el man-
            do universal de las armas, con total independencia de la expresada Junta, re-
            mitiendo los respectivos oficiales con la tropa que hé pedido a Vuestra Exce-
            lencia, como absolutamente necesaria y entre tanto soy de dictamen se
            comisione a Villalta sin dependencia de la Junta, porque los que la componen



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