Page 55 - La Revelión de Tupac Amaru II - Vol. III
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
además de la pericia militar otras ventajosas calidades, que lo proporcionan
no sólo a confiarle el comando de un ejército, sino también cualesquier grave
encargo del real servicio, que sabrá desempeñar a satisfacción. Y puesto que él
expresará a Vuestra Excelencia lo que por las angustias del tiempo omito, ceso
y ruego a Nuestro Señor guarde a Vuestra Excelencia muchos años. Cuzco y
noviembre veinte y uno de mil setecientos y ochenta.— Excelentísimo Señor.
Besa la mano de Vuestra Excelencia su mas reverente servidor y seguro Ca-
pellán.— Juan Manuel Obispo del Cuzco.— Es copia de su original. Doctor
Frias, Secretario.— Excelentísimo Señor Don Agustín de Jáuregui.—
(Al margen: Respuesta del Señor Virrey)
Ilustrísimo Señor.— Muy Señor mío: En cartas de diez y siete, y vein-
te y uno de noviembre próximo ha tenido a bien el pastoral celo de Vuestra
Señoría Ilustrísima llevando por norte la indemnidad de la religión, la con-
servación de estos dominios de su Majestad, la restauración de la tranquilidad
pública y el resguardo oportuno de esa ciudad y sus inmediatas provincias;
participarme pormenor los osados atropellamientos de la superioridad y atro-
ces excesos del Cacique de Tungasuca José Tupa Amaro, las fuerzas que se ha
conciliado este rebelde, por medios capciosos y tan reprobados como con-
siguientes a sus intentos; de los perjuicios que ha causado y del lamentable
estrago que hizo por sorpresa en la tropa remitida para su contención bajo el
mando del Corregidor de la Provincia de Quispicanche Don Fernando Cabre-
ra y de los bien fundados recelos que inspiran estos desgraciados principios y
fatales acaecimientos, sobre los antecedentes de hallarse la ciudad sin armas,
municiones, ni gente bastante para su defensa y repulsa de las fuerzas; que
cada día aumenta el enemigo, y de haberse expuesto en el dictamen que por
escrito ha dado Vuestra Señoría Ilustrísima a la Junta de Guerra, formada en
esa ciudad, ser indispensables mil y trescientos hombres; los mil de esta capi-
tal y los trescientos de Arequipa, incluyéndose en este número, los del desta-
camento de tropa veterana que remitió el Excelentísimo Señor mi antecesor, a
dicha ciudad; y últimamente, que en el día está persuadido que siendo precisa
una reconquista por las excesivas fuerzas del enemigo, que por instantes se
acrecentan, ni dos mil hombres serán suficientes.— Todo esto y cuanto ha
informado la Junta de Guerra y el Coronel Don Pedro José Vélez, con la indi-
vidualidad conveniente y con reflexiones muy propias de su buena conducta,
se ha tenido presente en la Junta Extraordinaria celebrada hoy día de la fecha,
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