Page 42 - Padres de la Patria
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enemigo común, en la fidelidad de los pactos y en la oposición a todo aquel que
intenta perturbar el orden ¿Más cómo afianzar esa libertad y seguridad? ¿Qué
medidas serán bastantes para asegurar al ciudadano la propiedad de sus
bienes, y fortuna? ¿Con qué precauciones se hará la reunión contra el enemigo
común? ¿En qué ocasiones será lícito perjudicar a otro? ¿De que manera se
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hará la oposición a los que intentan transformar el orden?
En la decisión de estas cuestiones han variado los pueblos antiguos y modernos,
según sus respectivos intereses y el modo de observarlos. Algunos han confiado
la administración a una persona, pero sujeta á leyes fundamentales. En otros,
una parte manda y el resto obedece. En no pocos se ha dividido la soberanía
entre diferentes cuerpos y magistrados, anhelando por un equilibrio que evite la
preponderancia, la reunión de los tres poderes y la autoridad absoluta y
arbitraria.
Pero el monarca aspira siempre a extender su autoridad y limitar la de los
cuerpos; y estos a extender la suya y coaptar la del monarca. La balanza se
inclina alternativamente de uno y otro lado, sin quedar a los pueblos otro
consuelo que el sostén de las leyes fundamentales, cuya alteración llevaría tras
sí la ruina del Estado.
El equilibrio es un fantasma, porque no le hay perfecto en política: el momento
en que se cree haberlo conseguido es precisamente aquel en que la balanza va
a inclinarse, por la naturaleza misma de las fuerzas que crecen o se minoran
alternativamente, y no admiten igual división.
La aristocracia participa de la monarquía o de la democracia en razón del
número de personas que ejercen la soberanía, y tiene los vicios y ventajas de
una y otra. Pero por más difícil que sea el establecimiento de un Gobierno libre,
es indudable que la naturaleza de este consiste en reglar el uso del poder
soberano, de modo que los ciudadanos sean substraídos de toda autoridad
arbitraria, y que la fuerza sea empleada únicamente en reprimir la licencia.
El Perú es un pueblo libre, soberano e independiente, desde que el Excmo. Sr.
Protector proclamó su independencia a la faz de todas las naciones. Careciendo
de un gobierno permanente ¿Cuál será el que elija para lograr la felicidad en la
sucesión de los siglos? Esta decisión pende de su voluntad espontanea y
soberana. ¿Más cuál deberá querer? El que exijan sus necesidades y facultades
combinadas con las circunstancias.
Para esta feliz combinación toca a la estadística presentar el censo de la
población, el cuadro de las fuerzas terrestres y marítimas, de las rentas y el
modo de aumentarlas; a la economía manifestar el estado de su industria, de su
cultura, comercio y preciosos minerales de oro y plata; a la política penetrar el
carácter dominante, el progreso de los conocimientos y examinar su posición
interior y relaciones externas.
Desgraciadamente son casi inverificables en el día tan necesarios
descubrimientos. Millares de hombres han caído bajo el hacha funesta de la
38 Condillac, Cours d' Ethdes.
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