Page 40 - Padres de la Patria
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grandioso  espectáculo  que  os  presentan  las  generaciones  que  van  a
                  sucedernos? Pues escuchad el celestial concierto en que se ensalza a la patria y
                  al héroe, que la extrajo del polvo de la nulidad civil al solio de su grandeza. Oíd,
                  oíd,  no  es  ilusión.  ¡Qué  gozo!¡  Qué  dulzura!  ¡Qué  melodía!  Los  coros  de  las
                  ninfas vestidas con la ropa de la inocencia y coronados de rosas y azucenas, a
                  orillas del Uruguay, del Plata, del Paraná, del Maipú, del Mapocho y del Rímac,
                  han templado sus liras de oro y han detenido con sus cantos las aguas, las fieras
                  y  las  aves,  ¡Qué,  suavidad!  ¡Qué  armonía!  ¡Quién  tuviera  más  de  un  corazón
                  para  sentir  inundándose  en  este  torrente  de  placeres!  Ya,  ya  empiezan  sus
                  cánticos, escuchémoslos: Libertad, dicen, descendida de los cielos, rayo de la
                  divinidad, madre de las virtudes, salve, salve, salve, ¡Oh patria! La religión del
                  Evangelio  es  tu  primera  y  sólida  guirnalda.  ¡Jamás,  jamás  se  marchiten  tus
                  laureles! Tu pabellón brillante es acatado por todas las naciones y a su vista se
                  embotan  los  rayos  de  la  guerra:  todos  te  saludan  amiga  y  no  señora  de  los
                  pueblos. Pero en todos dominas por el amor, don necesario que ofrece gozoso
                  el género humano a tus virtudes. Gloria te sea dada y al hijo que rompiendo las
                  esposas a tus manos colocó en ellas el cetro. Buenos Aires, Chile y el Perú son
                  libres  porque  San  Martín  quebró  sus  cadenas  desde  el  momento  en  que
                                                                                35
                  restituido  a  la  patria,  restituyó  consigo  la  patria  misma .  Pueblos,  repetid  el
                  nombre de vuestro libertador, y encargad a las generaciones que os sucedan,
                                                                                           36
                  que todas le consagren el tributo de la admiración, gratitud y ternura .















































                  35  Restitus (Camilus) in  patriam, secum patriam ipsan restiiiiituit (Tit Liv., lib. VII, cap. I.
                  36  Gaceta del Gobierno, N° 27, 3 de abril de 1822.

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