Page 325 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
            a partir de ese momento el agente secreto de Inglaterra en América, hacién-
            dole lucir a este fin algunos de los argumentos siempre tan concluyentes. No
            me parece fuera de propósito hacer conocer a este Señor Turnebul, que debía
            tener un papel tan preponderante en la revolución mexicana.
                    Este negociante, muy amigo del Lord St Vicent y del difunto general
            Elliot se había enriquecido en el amansamiento de esta fortaleza: él ha aumen-
            tado su fortuna considerablemente en esta guerra gracias al contrato que Lord
            Spineer (!), su protector le ha hecho obtener del Almirantazgo, para abastecer
            a las escuadras del Mediterráneo, lo que lo pone en la situación de tener casas
            de comercio en las cuatro partes del mundo. Por lo demás este millonario
            inglés, como todos aquellos compatriotas suyos que dependen del gobierno
            inglés se distingue de manera particular por su odio inveterado por todo lo
            que se refiere a lo francés. Fue él quien en todo tiempo fue uno de los interme-
            diarios de las órdenes o voluntades del Ministerio que debían ser transmitidas
            a Miranda y a menudo de las contestaciones, los proyectos y las memorias de
            éste último a los ministros. Fue él quien de su bolsillo y con la esperanza que
            su amigo Miranda sería a lo mínimo el pequeño Temístocles o el Washington
            de su país, le adelantó a su llegada a Londres casi dos mil libras esterlinas, pro-
            metiéndole mucho más según que el gobierno iba a aceptar totalmente o en
            parte sus proyectos.
                    He aquí en que consistía(n) sus proyectos y lo que había dado lugar
            a ellos. El gobierno inglés queriendo tener todo el provecho no solamente
            del comercio exclusivo de todo el golfo mexicano sino también del de todas
            las Antillas, salvando lo odioso de una sublevación aparente, envió, se dice, a
            Miranda a Paris, lleno de los proyectos quiméricos mas brillantes para separar
            toda la América del Sur de su metrópoli. Apoyado por el conocimiento de
            Pétion que había conocido en Londres, no tuvo dificultad en ser recibido por
            la facción Brissot, entonces todopoderosa.
                    Entre sus sueños políticos, uno de los más bonitos sin duda y que no
            era más que un fiambre de los proyectos del célebre cardenal ministro Albe-
            roni, era el de cortar el istmo de Nicaragua, empresa mucho más corta, fácil y
            ventajosa por el paso del mar del norte al del sur, que la empresa de Panamá.
            Entonces con esta obra digna de los Romanos se abría a los navegantes euro-
            peos el camino más corto por navegación, menos peligroso y más agradable,
            para hacer el comercio con las islas Malucas, las Filipinas, el Japón y el imperio
            de China; establecer relaciones entre América y Asia y en una palabra dar la



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