Page 259 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
P. 259
Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Juan Pablo Viscardo y Guzmán
Aquí daré término a mis reflexiones para pasar a decir a V.S. un pe-
queño ensayo de lo que, a mi juicio, nacería de esa revolución y de la ayuda
ofrecida al Perú en un momento tan conveniente. Toda la América Meridio-
nal, desde el istmo de Panamá hasta Buenos Aires, se separará del dominio
español; todas las provincias limítrofes del Perú tienen tanta subordinación
que teniendo las mismas razones de disgusto deben seguir su ejemplo.
Si estos pueblos están provistos de armas suficientes y por oficiales
capaces no tienen que temer la potencia borbónica; la distancia, y la situación
de los lugares, el número y la valentía ya experimentada de los insurgentes,
garantizan mi afirmación.
El Perú, incluidas las provincias de Quito y Tucumán que en un tiem-
po formaban un mismo imperio en que hasta hoy se habla la lengua peruana;
el Perú, digo yo, tiene que contener más de siete millones de habitantes de
todas las razas. ¿Con qué fuerzas se podrá empezar la conquista de esos pue-
blos, o sea, ¿Con qué razones se podría persuadirlos a la reconciliación? Pues
esa fuente dé riquezas acabó para siempre para España y por largo tiempo
solamente Inglaterra gozará sus productos; no es fácil calcular las sumas que le
vendrían del Perú: basta que V.S. considere las riquezas de cada año transpor-
tadas por los navios de registro y las sumas considerables que sólo el comercio
de contrabando producía un tiempo a los ingleses de Jamaica por su propia
confesión y que el comercio del Mar Pacífico, concedido con muchas restric-
ciones a los franceses al principio del siglo y ejercitado por ellos algunos años,
restableció a Francia de los desastres de la guerra de sucesión; es conocido
que sólo los mercantes de Saint Malo hicieron a Luigi XIV un donativo de 30
millones de liras tornesas sacadas de las ganancias de dicho comercio.
Las circunstancias presentes son sin comparación más ventajosas y se-
ria largo hacer la enumeración. Inglaterra pues se ha procurado las ventajas
más grandes y al mismo tiempo las ha quitado a sus enemigos. La revolución
del Perú la resarcirá de los desastres de esta guerra con ventajas que nunca
hubiera esperado.
No tengo duda sobre el buen éxito de la empresa del jefe de escuadra
Jonsthone, pues en Buenos Aires no estaban más que 1200 hombres de tropa
regular y tres o cuatro mil de milicias; pero como estos últimos son nativos
de esos países y en Buenos Aires prevalecía el mismo espíritu de disgusto del
gobierno, estoy persuadido de que muchos se añadirán a las tropas inglesas en
cuanto sepan que éstas están destinadas contra el enemigo común.
258