Page 258 - Vida y Obra de Vizcardo Guzman - Vol-1
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Volumen 1
Viscardo y la rebelión de Túpac Amaru
después de haberse arruinado en la corte, a regresar con el corazón lleno de
hiel; al fin un visitador déspota enviado al Perú para consumar la ruina de esos
pueblos, por medio de los nuevos agravios sobre los que ya informé a V.E., son
las causas que han hecho conocer sucesivamente a esos pueblos que no había
para ellos otra salud que librarse del dominio español.
Los primeros fueron los mestizos y los mulatos libres, atacados perso-
nalmente en lo más vivo al obligarlos a una capitación para ellos infamante y
onerosa; luego los criollos que como los más ricos llevaban el mayor peso de
las nuevas imposiciones; al fin los indios.
No quisiera que V.S. se figurase que estas clases actúan separadamente,
antes bien que se imagine conmigo que tales clases forman un todo político
en que los criollos, por las razones ya dichas, tienen el primer lugar, las ra-
zas mestizas el segundo y los indios el último. Estas son verdades de hecho
confirmadas por los acontecimientos: obsérvese que, después de la primera
sublevación ocurrida en Arequipa, Cuzco, La Paz, Huamanga, Huancaveli-
ca, etc., que son ciudades habitadas principalmente por criollos y mestizos,
se quedaron suspendidos los negocios y estas ciudades se unieron en alianza
hasta que se acordara el sistema de gobierno. El jefe de esta alianza parece ha-
ber sido el marqués de Vallumbroso, uno de los principales criollos así por la
nobleza como por las riquezas. No tengo duda que se habrá fluctuado mucho
para fijar un sistema que satisfaga a todos, pero estoy seguro de que Tupac
Amaru no se habría levantado sin contar con un poderoso partido entre los
criollos. Las honras acordadas al marqués de Vallumbroso, la desersión de la
mitad de la tropa expedida contra él y la rapidez de los progresos hechos por
este inca, constituyen pruebas seguras de estas suposiciones. Diversamente no
llego a entender cómo los indios, viviendo promiscuamente con los criollos...
provistos de armas, sin luces, etc., han podido vencer en todo lugar contra los
españoles, los criolllos, los mestizos, etc ... que tenían todas las calidades y los
instrumentos necesarios para hacer su fuerza muy superior a la de los indios.
En este momento las gazetas nos anuncian que el jefe de escuadra Jo-
hnstone ha entrado en el río de la Plata con 3 miles de hombres de desem-
barco. No quepo en mí de alegría al ver a los Ingleses en posesión del sitio
más importante, por el cual solamente los españoles podían atacar el Perú con
alguna esperanza de buen éxito. Este acontecimiento nos revela la conducta
próvida de los ministros muy avisados de Gran Bretaña.
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