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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de Toribio Rodríguez de Mendoza
Siguen de este modo el tercer año de Filosofía y aun el primero de
Teología, cánones o leyes, según la facultad a la que se dedicaren.
Continúan en el mismo Ínterin las mismas observaciones, y prueba y
con arreglo a sus resultados, se les adjudican las becas enteras, y desde aquel
momento no pagan cosa alguna.
Es de advertir que puede ocurrir el caso de que el agraciado con la
media beca, la desmerezca en lo sucesivo o no haya adelantado para premio
ulterior, en el primero se le deverá despojar y devolverlo a estado de porcio-
nista entero, y en el segundo continuará con la misma media, sin enterársela
hasta que en el año siguiente o en los posteriores se haga digno de completar
la gracia.
Lo mismo se dice del despojado, si su ulterior conducta y aplicación lo
hiciere acreedor a ella.
Esta práctica que como llevo dicho he visto observarse en algunos si-
tios y seminarios de España, ofrece desde luego al Convictorio ahorro co-
nocido en las Becas, ya medias, ya enteras que deja de pagar en los medios
tiempos, y en las penciones que en el ínterin percibe.
Ni es menos visible ni conocida su utilidad moral, quando por este
medio se obliga a los colegiales, a ganar con el arreglo de su conducta y apli-
cación el alivio de sus padres, o tutores, que tendrán buen cuidado de estimu-
larlos a ellas por su propio interés en lugar de fomentar sus caprichos, como
regularmente sucede, y ha acreditado la experiencia.
Bien conozco que tanto este medio como los demás que dejo indicado
en este informe encontrarán dificultades que parecerán insuperables, y que
habrá que lidiar con abusos envejecidos cuya sóla antigüedad tiene mucho
poder e influencia en estos países.
Pero Señor, donde hay paciencia para ver, que con sólo un exámen
de Gramática y una información superficial facilísima de obtener a fuerza de
importunidades y empeños, se haya de dar entrada a disfrutar la mantención
del seminario desde el principio a unos jóvenes resabiados con el mismo de
sus casas, muchos de los quales nada aprovechan y lo que es más hayan de
permanecer en el años; y años, (aun reaciendo los perdidos) dando un ejem-
plo pésimo a sus compañeros y comiendo y bebiendo a costa del Convictorio,
y ocupando un lugar que acaso otro pobre aprovecharía con ventajas, tanto y
propias como del público.
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