Page 204 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen 1
Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
de su observancia el principio fundamental de la felicidad de los Pueblos; con
cuya consideración se han erigido en muchas ciudades, y Villas de los Reynos
de España, Colegios, Seminarios, Escuelas, y Casas de pensión, en las que te-
nían los citados Regulares en aquellos Dominios, y se han dado las órdenes
convenientes para que mejoren de instrucción las que de esta clase corrían al
cuidado de los Jesuítas, por cuya causa habían llegado al grado de decadencia
que se nota en las Reales provisiones del Consejo de su Magestad en el ex-
traordinario, expedidas con fecha cinco de octubre del año pasado de mil se-
tecientos sesenta y siete con ocasión de dar reglas para la reforma de la ense-
ñanza de las primeras letras, la que se ha hecho sensible en esta ciudad, donde
tenían estancada, como se expresa la citada Real Provisión, la enseñanza gene-
ral, así en la Latinidad y Retórica como en las facultades mayores que se estu-
dian en el Colegio que con nombre de San Martín corrían enteramente a su
dirección, y arbitrio, contribuyendo en mucha parte a la decadencia a que es-
taba reducido, y que lamentaba el público, demás de la decidida e inatención
de los citados Regulares, la misma situación, y material fábrica de esta casa,
falta en el todo de proporción para instituto de esta naturaleza, que pide des-
ahogo, y capacidad para sus habitaciones; mayor seguridad en sus cercos para
evitar que se quebrante su clausura; y finalmente la falta de economía en su
manejo, y sobre todo de método en sus estudios, horas y distribuciones; a lo
que contribuía en mucha parte el desorden general a que se ha reducido la
principal escuela de su Universidad, cerrada enteramente a los cursos de di-
chas facultades que es el único medio de aprovechar en ellas, y el destino for-
mal de estas Casas en su fundación y establecimiento. Todo lo que reflexio-
nándolo con dolor este Superior Gobierno, deseoso de concurrir al bien de
esta ciudad, y todo el Reyno, y de satisfacer en esta parte las obligaciones de su
cargo, lo hizo presente a su Magestad inmediatamente al extrañamiento de los
citados Regulares considerando que este podría proporcionar la mejor oca-
sión para su reforma. Que habiendo merecido la Real aceptación, les encarga
particularmente estos asuntos en las Reales Ordenes de veinte y cinco de oc-
tubre de mil setecientos sesenta y ocho por medio del Excelentísimo Señor
Conde de Aranda, dándoles las facultades correspondientes demás de las ge-
nerales comprendidas en la citada Real Cédula de nueve de junio para que
arregle los estudios que deban hacerse; reforme los abusos de los antiguos, y
establezca los nuevos estatutos que deban observarse; y encargando su ejecu-
ción y práctica aunque pendiente de su Real aprobación. Deseando llenar
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