Page 200 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen 1
Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
escolástico que no entienden. En los Colegios hay explicaciones diarias, con-
ferencias, defensas, y exámenes.— Otro incentivo para mover los Estudios
Teológicos son las Cáthedras. El Convictorio tiene la del Maestro de las Sen-
tencias cuya renta de quinientos pesos se perdió y aunque se ha observado que
los señores Arzobispos han atendido a los Cathedráticos del Maestro en los
concursos a Curatos, con todo la falta de Renta ha hecho que mueva muy dé-
bilmente a su estudio. Cuarenta y un años hacen que siendo yo Maestro en
este Colegio promoví ante el Superior Gobierno la conversión de esta Cáthe-
dra en una de historia Eclesiástica. El Rector mi antecesor, miró con indife-
rencia esta útil variación; y se sepultó en olvido semejante proyecto, y el re-
cuerdo para que Usía si fuere de su agrado lo promueva: Cuando el Maestro
de las Sentencias fué el texto y el libro elemental de las Escuelas, sin duda fué
útil dicha Cáthedra; pero hoy es preciso pensar de otro modo. La Cathedra de
historia Eclesiástica hará que los colegiales registren aquellos monumentos
respetables de la Yglesia que tanto instruyen, y edifican, y cuyo conocimiento
dará gusto para el estudio de la verdadera Teología.— Igual fruto se sacaría del
establecimiento de otra Cáthedra de Disciplina Eclesiástica para los canonis-
tas carolinos convirtiendo en esta la de Digesto Viejo que también es propia
del Colegio con el sueldo de doscientos pesos que da el ramo de la casa de
Gallos. Sin el conocimiento de las antigüedades cristianas, no puede adelan-
tarse en el Derecho de las Decretales, ni en el que encierra el indigesto cuerpo
del Decreto de Gracia. Es decir que nadie puede ser buen canonista sin el es-
tudio de nuestras antigüedades de la iglesia en su Gobierno.— Asimismo es
propio del Convictorio una Cáthedra de Filosofía dotada de los fondos de la
Universidad con cuatrocientos pesos, que como las anteriores las disputan, y
obtienen los Colegiales. Para obtenerla en oposición se interpretaba el texto
de Aristóteles; pero manifesté el absurdo de obligar a los jóvenes a la defensa
de opiniones que no siguen, y de explicar libros que no leían, ni podían enten-
der; y la Superioridad mandó que en esta Cáthedra, y en otra de la misma
Facultad se sorteasen los puntos más importantes, contenidos en un Indice
numerado, y de seis números que saliesen eligiese el opositor uno de ellos, y
allí mismo declarase la opinión que iba a defender.— Ultimamente mis reite-
radas instancias lograron la fundación de otra Cáthedra de Matemáticas ele-
mentales con la dotación de trescientos pesos de los propios de la Escuela, y
para aumentar su dotación se mandó que el Cathedrático de Matemáticas fue-
se Secretario del Colegio, plaza que tiene sus emolumentos.
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