Page 194 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen 1
Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
ejemplares no obstante las repetidas diligencias que se han hecho, se tomó el
arbitrio de remitir un sólo ejemplar que había para que se reimprimiese en
España, lo que no pudo realizar el doctor Andueza encargado de esto, así por
escasez de dinero como por las perturbaciones de la Península. De antemano
un tratado de lugares Teológicos que haciéndose cada día más defectuoso por
los errores cometidos por los copiantes, y no habiéndose podido dar la última
mano a una obra que se escribió precipitadamente se adoptó el partido de
compendiarla e impresa sirve en la actualidad, y el cuerpo de la Teología se ha
estudiado por la que escribió Villarrogi.— Bajo de este nuevo Plan de estudios
que aún pide muchas mejoras, ha prosperado extraordinariamente el Real
Convictorio. Por lo que hace a la Filosofía es preciso recordar que convidados
el señor Malaspina, y sus socios ha asistir, y examinar a los Carolinos que se
presentaron en pública palestra, y sufrir el examen sobre toda la Filosofía, y
Matemáticas dieron público testimonio de su asombro, y protestaron que en-
tre las cosas raras que llevaban a España, la más preciosa eran las Tablas, o
Indices, que impresas se publicaron. Si los encargados en España de remitir
máquinas, hubieran sido fieles, el estudio de la Física se hubiera acercado más
a la perfección posible, y el Rector no hubiera perdido más de tres mil pesos
que remitió con este fin. Cosa muy sensible por cierto porque nada importa
más en las Américas que el cultivo de las Artes, y Ciencias naturales. Es muy
difícil, y tal vez toca en imposible que tengamos teólogos como los Canos,
Petabios, Bosuetes, Arnaldos, y otros muchos. El Griego, el Hebreo, y las de-
más lenguas orientales nos enseñan: no hay libros, ni manuscritos, ni ocasio-
nes, o necesidad que estrechen a este género de conocimientos de lujo. Pero
podemos tener entre nosotros Newtones, Bufones, etc. Inmensas riquezas se
encierran en las entrañas de los cerros, llanuras, y montañas de nuestro conti-
nente, y casi todo está por conocerse. Cuanto no se adelantaría en la Botánica,
Química, Mineralogía, y otros conocimientos en que debíamos ser los maes-
tros de la Europa. Ningún Colegio es capaz de adquirir todas estas riquezas
literarias, y en ninguno se pueden presentar tantas proposiciones que en este
Real Convictorio, y a menos evitar que en cualquier otro establecimiento
como será fácil demostrarlo en caso necesario. Llámese la atención de nuestro
Soberano y se descubrirá otro nuevo mundo más de riquezas inagotables.—
Por Real orden se mandó que en los colegios, y universidades se consultase el
Diccionario de Física de Brison, y habiéndose establecido desde el principio el
estudio de las Matemáticas en lengua española se fué introduciendo este uso
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