Page 192 - Vida y Obra de Toribio Rodriguez de Mendoza - Vol-1
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Volumen  1
                                                      Visita del Real Convictorio de San Carlos en 1815
            y extemporáneo examen que se descrito antes.— El Maestro que se hizo cargo
            del Ramo Teológico puso igual empeño en instruirse en la Historia Sagrada, y
            Eclesiástica, sin cuyo auxilio no podía darse un paso asentado en las grandes
            controversias dogmáticas, históricas, y críticas, que encierra la verdadera Teo-
            logía. Todo lo venció la constancia y el gusto con que se aplicó a su cultivo. Los
            primeros sasonados, y copiosos frutos que se recogieron se dedicaron al Rey,
            al Príncipe, y a los primeros hombres que estaban al frente del Gobierno de la
            Monarquía.— El Estudio de la Jurisprudencia no principió hasta el cuarto año
            de la fundación del Colegio. En esta parte se apartó el Rector que era entonces
            del Plan prescripto. Fueron obligados los jóvenes al estudio de una memoria
            servil, no sólo de la letra de las instituciones, sino también de los difusos co-
            mentarios de Vinio; pero la experiencia hizo ver que este estudio servil de
            Vinio era una carga muy pesada, y en su lugar se sustituyó la obra de Kees. Sin
            más conocimiento del Derecho que este, se les puso a los Estudiantes en las
            manos para el estudio de los Cánones la mala obra del Valensis; sólo por que
            se estudiaba por él en algunas Universidades de España.— El estudio diminu-
            to de la Jurisprudencia y los rápidos y avanzados progresos en la Filosofía, y
            Teología, movieron a este Superior Gobierno al deseo de un mejor Plan de
            Estudios. Los colegiales familiarizados, ya con mejores Libros, miran con des-
            precio al Plagiario y superficial Cartier. Pero debe celebrarse la circunspec-
            ción, y prudencia de la Junta de Aplicaciones en la elección de este Autor,
            consideradas las circunstancias del tiempo. Cualquier otro libro elemental
            profundo hubiera sin duda imposibilitado la enseñanza, y el de Cartier fué
            bueno, sirviendo de andamio para levantar el edificio.— La obra teológica del
            mismo Cartier, aunque no tanto se resentía de los mismos defectos y en el
            Plan prescripto se pedía además del Cartier algo de Duhamel, y de Fourneli,
            así en sus prelecciones, como en su compendio. De estos últimos no se pudie-
            ron conseguir, o no se pensó en adquirirlos y el estudio de la Teología se hizo
            por Cartier excepto los Sacramentos que se hizo por el compendio del padre
            Verti.— Por todo esto como se ha dicho el Excelentísimo Señor Lacroix man-
            dó se formase otro Plan de Estudios, el que se hizo, y presentado se aprobó
            interinamente, decretando su remisión al Rey para su confirmación, y el Exce-
            lentísimo Señor Gil lo remitió, y ha quedado en este estado.— Mucho tiempo ha
            que la Europa culta había canonizado con sus aplausos y preferencia el Sistema
            del Inglés Newton y por eso se adoptó, y más cuando el Estudio de las Matemá-
            ticas había decaído en el Convictorio, y el medio más seguro de restablecerlo era



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