Page 91 - La Rebelión de Huánuco. Vol 1
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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Huánuco de 1812
tieran países sublevados no faltarían apóstoles «que de mil modos prediquen la
insurrección», y antes de dos años podría ocurrir la misma «o peor función».
No embargante, Jado, como buen conocedor de la situación, recono-
ce la acción decisiva de González de Prada a la cual se debió el fracaso de
la revolución. En diversos párrafos de sus cartas advierte que las provincias
limítrofes estaban en plena insurrección, en particular Huamalíes de donde
no se enviaban los auxilios pedidos por Huánuco. Afirma resueltamente que
«si se examina con escrúpulo», todos los pueblos de la Provincia de Tarma,
de Huamalíes y algunos de Conchucos y aún de Huaylas, habían recibido car-
tas y emisarios y sin la llegada del Intendente estarían en completo estado de
rebelión. Se conduele de las pocas facultades otorgadas a González de Prada
para el conocimiento de las causas, no empece su propia imputación anterior
tocante a su benignidad con los indios, y elogia sus calidades singulares de
desprendimiento y devoción a la Patria y a la religión. Considera que en Lima
no se había captado en toda su importancia la victoria de Ambo, porque si él
no hubiera sido Intendente de Tarma se habría perdido para la Monarquía,
no sólo Huánuco, que bien podría ser la segunda población del Perú, sino las
siete Provincias de la Intendencia, el cerro de Yauricocha y quizá el Reino, ya
que la rebelión tenía partidarios aún en Lima donde se conoció el mismo día
que estalló en Huánuco.
Finalmente, en la Relación de Jado se consigna el dato de la prisión de
Durán Martel, en una cueva sita a tres leguas de la ciudad; y la ejecución de
Crespo y Castillo, José Rodríguez y Norberto Aro, arcabuceados el 14 de Sep-
tiembre, anotando que el primero no estuvo conforme «y hasta el suplicio fué
declamando contra la justicia que sólo se dejaba ver en él». Para Jado, Crespo
y Castillo no promovió la insurrección, fue su General porque otros lo desig-
naron y los verdaderos responsables no recibieron la debida sanción.
No empece este parecer, la muerte del caudillo al servicio de la causa
que siguió a los finales de su vida, reviste con singular color de heroísmo el
resto de su oscura existencia.
Sección octava.— Contiene esta sección un conjunto de cuatro docu-
mentos inéditos del Archivo Nacional del Perú y dos del Archivo Histórico
del Ministerio de Hacienda, todos ellos concernientes a los gastos militares
y cuentas de la Expedición Pacificadora de los Partidos de Huánuco, Pana-
tahuas y Huamalíes. Cabe advertir que los primeros estaban desperdigados
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