Page 100 - Vida y Obra de José Baquijano y Carrillo - Vol-1
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Volumen  1
                                        Elogio al virrey Jaúregui por Baquíjano en la universidad de San Marcos
            Juan Pedro Baztán que V.E. habrá de tener al soberano la misma exacta fideli-
            dad, que entre las alteraciones, y movimientos de su tiempo, conservó invio-
            lable al rey don Sancho VIII. Lo mismo protesta el alférez mayor del reino de
            Navarra, don Gonzalo Yáñez de Baztán, y su hijo don Juan, quien produce las
            victoriosas pruebas, que de esta primera virtud del ciudadano, dio constante-
            mente a la real persona de don Teobaldo II. Allí se presentan Alonso González
            de Baztán, pintando en su rostro el sublime espíritu, con que logra poner en
            franquía y libertad al rey D. Sancho Abarca, prisionero de las armas francesas;
            Juan González de Baztán, haciendo inmortal su nombre, y su memoria en
            los fastos de Aragón, el vizconde D. Juan, y sus hermanos en los de Castilla.
            Tan consumados maestros del militar esfuerzo aseguran a la posteridad en
            el infante, que les sucede, proezas aún más esclarecidas del valor, la virtud y
            destreza.
                    [7] ¿Pero este naciente aliento tendrá sólo por teatro el inmóvil, y fértil
            elemento, objeto reñido de las pretensiones de los monarcas? ¿O extenderá
            también su actividad a ese otro voluble, e inconstante, imagen natural de las
            revoluciones de la fortuna, y posesión común  de los imperios? Igual mérito
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            mostrará en ambos, exclama el gran Alvaro Bazán, General de las Galeras de
            España, y su hijo del mismo nombre, primer marqués de Santa Cruz, capitán
            general del Mar Océano. Las felices victorias, que este inmortal jefe ha re-
            portado contra los enemigos del nombre español, hacen que la naturaleza se
            apresure a concluir esa solemne entrega, que el reino satisfecho reciba de sus
            manos a V. E que la patria lo asocie a toda la grandeza; que ha perpetuado con
            constante sucesión en su ascendencia. No se detiene en admitir los mismos
            domésticos testimonios de los vizcondes de Valduerma, y Bazán; de los Condes
            de Miranda, Teba, y Cabra. Este inmenso número de fiadores, retardaría por
            dilatado tiempo sus ocupaciones. No acuséis, pues, mis impacientes deseos,
            héroes excelsos valor, la nobleza, y la fama. Retiraos, manes ilustres del, res-
            petable palacio de Baztán y Jaureguizar, contemporizad con mi debilidad: mis
            fuerzas sucumben  bajo el grave peso de honor con que oprimís la admiración
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            y la memoria. Permitidme que observe, y recomiende las hazañas del príncipe,
            que forma a un tiempo nuestra gloria, y la vuestra; pues junto consigo mismo,


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            7.  Monsieur Le Franc llama al Mar: Asilo de los delitos, obscura habitación de las casualida-
            des, peligroso teatro del comercio, y de Marte, origen avaro y fecundo de los más preciosos
            tesoros, e imperio común de los reyes del mundo. Viaje de Languet. [Nota del autor]


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