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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Vida y obra de José Baquíjano y Carrillo
verdadero y enérgico retorno a todos los fieles sobre sus principales deberes,
que contraídos por el Bautismo los obliga y sujeta a el desprendimiento de las
riquezas, a el enfreno del amor propio, y a la huida y abandono de los placeres!
¿Podrá el poderoso a vista de la unción y sensibilidad con que se le pintan las
miserias, y se recuerda el generoso despego de los primeros fieles, y de esas
elevadas almas que pueblan los claustros, podrá dejar de enternecerse en su
prosperidad: de conmoverse a la imitación, y confesando que el mejor uso de
los bienes es emplearlos en enjugar las lágrimas del que sufre, no cambiará
por sus socorros las amargas que derrama la indigencia en las dulces y conso-
lantes que corren del reconocimiento? ¿No logrará se retracten, por los alivios
que proporciona su humanidad, esas quejas que el miserable dirigía a el cielo,
haciéndole cargo de la dureza y rigor con que lo trataba? ¿No conocerá el
orgulloso que el origen de los mayores disgustos es el soberbio y altivo amor
propio: que el triunfo de la humildad sobre él es el heroísmo de la virtud, y el
más justo uso de la razón? ¿El sensual no se rendirá a declarar que esos impu-
ros placeres con que el mundo lo embriaga y alucina, envuelven en sí el castigo
y la pena, y que un cristiano que lleva en este nombre la divisa y distintivo de
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la pureza e integridad, no debe buscarlos sino en la meditación del soberano
bien, y en la noble esperanza de los siglos eternos?
Estas felices reflexiones que excita la lectura de la obra, a un mismo
tiempo prueban los particulares talentos del orador, y aseguran la estimación
que tiene establecida. El público le distinguía en el corto número de aquellos
raros hombres, que intérpretes del dolor y la pena han llegado a tocar el punto
difícil de aplaudir a los muertos instruyendo a los vivos. El fúnebre elogio de
un digno prelado, cuya memoria me será siempre amable, y a quien con ente-
ra justicia pueden aplicársele los colores, con que en un rapto de vanidad, tan
frecuente en los sabios, se delineaba a sí mismo un docto Obispo, y Cardenal
del Siglo, le tenía afianzado este honroso lugar. No hará pues sino aumentár-
sele esta gloria, y extenderse la instrucción y enseñanza, si vuestra excelencia
concede la licencia que se solicita, atendiendo a que en ella no se encuentra
doctrina que disminuya las regalías del monarca. Lima y julio 12 de 1781.
Doctor Don José Baquíjano Carrillo
FUENTE: (impreso): Sermón predicado el día de la Santísima Trinidad, X de junio de MDCCLXXXI, en
la Iglesia del Monasterio del Carmen Alto de esta ciudad: en la profesión y velo de una Religiosa:
Por el D.D. José Manuel Bermúdez. En Lima. En la Imprenta de los Huérfanos. Con las licencias ne-
cesarias. Año de 1781. Véase José Toribio Medina: La Imprenta en Lima, tomo III, pág. 116, núm. 1504.
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8. Christianum castitatis, et integratis nomen est. D. August, in Joan, cap. 70 [Nota del autor].
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