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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
Guerrillas y montoneras durante la Independencia
«terror de los españoles», a Quispe Ninavilca como «célebre guerrillero», a
Villar como «valiente». Evocó el martirio del «indígena del pueblo de Chorri-
llos José Olaya»; se refirió a la heroína «Andrea Bellido»; y mencionó a los más
de 250 «indios semisalvajes del interior de la montaña de Jauja» que en 1822
se adhirieron a la causa patriota. Presentó una lista de las guerrillas, con jefes
y efectivos, existentes a mediados de 1822 y, entre su vasta documentación,
dio luz a documentos tales como el cartelón colocado por los realistas sobre el
cuerpo del comandante guerrillero Velazco, las proclamas y el bando realistas
del incendio de Cangallo y una proclama de Bruno Terreros. Todo esto, en
los tres volúmenes de su Historia del Perú Independiente aparecidos de 1868 a
1874.
Dentro de la fecunda década de 1870, Sebastián Lorente, español que
desarrolló su labor docente e intelectual en el Perú, abordó en su Historia
del Perú bajo los Borbones (1871) la entusiasta acogida en Huacho al primer
crucero de Cochrane; el descontento social generalizado en indios, negros,
mestizos y criollos; el patriotismo del clero y las mujeres; el júbilo de los pa-
triotas limeños ante el desembarco de San Martín; el apoyo del centro a la
expedición Arenales; las sublevaciones del norte y Guayaquil; la importancia
de las guerrillas, con admisión de sus excesos y exaltación de sus virtudes; el
apoyo de los tacneños a Miller; el júbilo por la entrada de San Martín a Lima
y la proclamación de la Independencia. Luego, en su Historia del Perú desde la
proclamación de la independencia (1876), anotó el patriotismo y valor de los
moqueguanos, los reconocimientos de San Martín y del Congreso a los gue-
rrilleros, la derrota de los guerrilleros de Huánuco en Tarma, los encuentros
de los guerrilleros con Canterac en las cercanías de Lima, la derrota del gue-
rrillero Vivas, el realismo de Corongo, las ejecuciones de Cayetano Quiroz y
María Parado de Bellido, las atrocidades de Canterac, Carratalá y Lóriga con-
tra diversos pueblos. También calificó de crueles a guerrilleros patriotas como
Aldao y Terreros y advirtió que hacia fines de 1822 las guerrillas, por aban-
dono e indisciplina, estaban «degenerando en montoneras, origen fecundo de
excesos y descrédito», bien que admitía que con apoyo y dirección «habrían
prestado una cooperación inapreciable».
No puede obviarse a las colecciones de Odriozola, en cuyos Documen-
tos históricos se aprecia la inclusión de las guerrillas en las negociaciones entre
La Serna y San Martín, así como decretos del Protector con medidas para
premiar a las guerrillas y para ponerlas en orden (tomo IV, 1873); las invecti-
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