Page 724 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen 7
Causas criminales contra los rebeldes
asegurándole que aquí había ocho cañones, quinientos fusiles y gran provi-
sión de municiones, preparado todo con motivo del alzamiento anterior de los
Farfanes, de que resultó, que en lugar de venir a embestir al Cuzco, se retiró a
Livitaca; pero habiendo recibido a los quince días la mujer de Túpac Amaro,
una carta de esta ciudad, en que le noticiaban la retirada de algunos europeos
y a la facilidad de coger dicha ciudad, porfió en venir a ella con muchísima
gente sobre este vecindario y la Provincia de Paruro; y si saben que habiéndola
persuadido la llamaban de ambas partes para matarla y que no debía fiarse de
nadie, pude conseguir separarla del intento hasta que con su marido dispuso
la venida sobre el cerro de Piccho, digan etc.
9° lten., si saben, que en la acción ocurrida en el citado cerro de Pic-
cho, el día 8 de enero del corriente año, en que nuestras tropas hicieron frente
al rebelde, para que no entrase en esta ciudad, como había consentido, dirigí
la artillería de Túpac Amaro, de modo que no ofendiese a los nuestros y si
advirtiéndolo el rebelde me mandó matar y se hubiera verificado a no haberse
empeñado en defensa mía los indios de Acos y Corma, reconocidos a los mu-
chos bienes que les había hecho. Y si desde allí me huí a esta ciudad el día 9,
dejándole clavado un pedrero, que era el único que tenía bueno y trayendo un
cañón bueno, que entregué a Don Isidro Guisasola, que comandaba la tropa
del Rey en el cerro de Piccho, digan etc.
10° lten., para mayor comprobación de la pregunta antecedente, que
jure y declare Don Simón Gutiérrez, Capitán de la Compañía del Comercio,
de esta ciudad y su Teniente, que se hallaron en la referida función de Piccho,
si es cierto, que habiendo acercado demasiado con su gente al enemigo y es-
tando como a tiro corto de escopeta de la artillería de Tupa Amaro que yo
mandaba, no experimentaron ningún daño de ella, por mi cuidado en dirigir
la puntería errada y modo de cargar sin cuñas /.20 alguna valiéndome de un
poco de tierra blanda, para que con la mucha carga bajase la culata del cañón
y levantase la punta con el impulso de salir el tiro; y si es cierto que si no me
hubiera yo portado con esta difelidad pudo haber perecido toda la gente de
dicha compañía y entrádose Túpac Amaro a la ciudad y digan lo demás que
supieren etc.
11° lten., si saben los referidos Don Manuel San Roque, Mariano Ban-
da, Don Ignacio Arriola, Don Mariano Riquelme, Don Antonio Negrón y Don
Juan Martínez, que en la marcha de Tupa Amaro a Piccho, arrojé al río con
maña siete arrobas de pólvora fina, que traía en otras tantas talegas, echando
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