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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
             La rebelión de Túpac Amaru II
            empresa, pues sospechaban, que con la muerte del traidor se rebelasen contra
            ellos, la mujer de éste, sus hijos, hermano y los demás indios, que estaban de
            su parte. Que es cierto que para el mismo /.22 efecto cargó dicho Don Juan
            Antonio Figueroa, el pedrero que el traidor mandó traer de su hacienda de
            Quipococha, que era el mismo, Don Antonio Arriaga había hecho fundir con
            el referido Don Juan Antonio Figueroa, al mismo tiempo que el susodicho
            fundió, los que presentó a esta ciudad. Y responde.
                    3° A la tercera pregunta, dijo: que es cierto y vió el testigo que Don
            Juan Antonio Figueroa, cargó el pedrero con martillos, piedras y tornillos de
            fusiles, por no haber entonces balas, ni metralla, con el fin de abocar a la puer-
            ta del siguiente patio, donde estaba preso el dicho Corregidor Arriaga y los
            demás citados. Y que así mismo, es cierto que Don Juan Antonio lo esperaba a
            Tupa Amaro en el calabozo donde lo puso el susodicho, a componer los fusiles
            con pena de la vida, con ánimo de matarlo de un bayonetazo y meterlo debajo
            de un colchón y salir matando a cuantos fuesen de la parte del rebelde hasta
            poner en salvamento al dicho Corregidor y los demás presos. Y responde.
                    4° A la cuarta pregunta dijo, que es cierto que Don Juan Antonio Fi-
            gueroa, dispuso repartir los dichos veinte y nueve fusiles cargados, entre su
            mujer, su hijo y Silvestre Valer, con ánimo de hacer fuego contínuo, dejan-
            do dicho Don Juan Antonio el pedrero al cuidado del testigo, ordenándole el
            mozo de su manejo y en defecto del pedrero acudiese a los fusiles juntamente
            con él, a fin de lo arriba dicho. Y responde.
                    5° A la quinta pregunta dijo, que es cierto, que estando dicho Don Juan
            Antonio, su hijo, su mujer, Silvestre Valer y el testigo en esta disposición, para
            la empresa, llamó a Tupa Amaro, por medio de su mujer, al cuarto donde esta-
            ban presos, por tres veces con el pretexto de que viese las armas, que le había
            /.21v mandado componer y que a las dos veces de su llamada, respondio el
            rebelde que allá iría a ver y que a la tercera llamada respondió yá, con enfado,
            diciendo que no tenía a qué ir y que tenía que hacer mucho, por lo que sospe-
            chosos de este mozo Silvestre Valer, con quien habían comunicado, le hubiese
            decubierto el comunicado, porque éste entraba y salía del cuarto donde es-
            taban. Luego al punto descargó los fusiles y el pedrero, haciendo enterrar las
            municiones, con que había cargado con el testigo en dicho cuarto, por recelar
            que el rebelde, viniese a registrar con sus secuaces.
            Y responde.




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