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Nueva Colección Documental de la Independencia del Perú
La rebelión de Túpac Amaru II
na determinó ir al pueblo de Yaurisque a convocar toda la gente, en efecto
tomando como tres mil indios de sus tropas se condujo a él y entrando hacia
la noche, preguntó por el cobrador del Corregidor y Caciques, porque decía
que éstos tenían plata y no habiéndolos encontrado en sus casas reconoció la
del cobrador, en la que no halló cosa alguna, de allí pasó con todos sus indios
para la plaza y empezó a preguntar por los de Yaurisque, porque no parecían
allí y sólo dos indios dijeron estaban unos remontados en los cerros y otros
refugiados en la iglesia; y con esta noticia mandó llamar a los sacristanes,
quienes abrieron de adentro las puertas de dicha iglesia y mandó que la gente
que en ella se hallaba saliese afuera, a quienes amonestó de la misma forma
que hizo en otros lugares. Que preguntó por el Cura y Ayudante y como no
parecieron, reconoció dos autos fijados en dicha puerta de la iglesia, el uno
reducido a que los casados hiciesen vida maridable y el otro a la excomunión
librada contra dicho rebelde, los que quitó y puso otro de los que ha acostum-
brado; y en el cementerio escribió una esquela a los caciques convocándolos
para /. 15v que lo buscasen con toda su gente. Que hecha esta diligencia pasó
a la casa del Cura, cuyas puertas las halló cerradas y las hizo vencer con vio-
lencia y no hallando cosa de interés, mandó pasasen a la cocina y registrasen
lo que había en ella y hallando unas gallinas y huevos, hizo llevarlas para su
uso y mantención. Que los caciques de Yaurisque no solicitaron a dicho rebel-
de y solo sí fueron algunos pocos indios y lo acompañaron hasta el cerro fron-
tero de Piccho de esta ciudad; y no sabe si permanecieron con él. Que las de-
terminaciones e intenciones que tenía el rebelde según se lo oía decir el
confesante son las siguientes:
Que entrando en esta ciudad había de ir de Monasterio en Monasterio,
con una punta de soldados, parte de los que habían de entrar a ellos y sacar
toda la plata que tuviesen, así de ellas como la que otros sujetos les hubiesen
dado a guardar, que si buenamente se lo permitiesen las mantendría por su
mano, pero que si a ello se resistiesen derribaría y asolaría dichos monaste-
rios, aprovechándose de cuanto en ellos hallase, lo mismo que decía por los
conventos de religiosos y que cuantas rentas y haciendas tuviesen habían de
correr por propias de él y como tiene dicho, mantenerlos por su mano y que
a los clérigos los había de destinar donde el gustase y poner a los que no le
obedeciesen /. 19 en un colegio por toda su vida. Que a los europeos que no
quisiesen irse para su tierra, los había de .Poner como religiosos en la compa-
ñía y hacer que se ejercitasen en algún trabajo que él les pondría; y recogiendo
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