Page 190 - La Rebelión de Túpac Amaru II - 7
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Volumen 7
Causas criminales contra los rebeldes
todos los corregidores, tratándolos de ladrones y que no había de consentir /.
13v europeo alguno, que iba a quitar repartos, aduana, alcabala, mitas de Po-
tosí y Huancavelica, obvenciones de curas y otras pensiones que se amenaza-
ban por el reyno de la Europa y que sólo habían de pagar a él los tributos y no
del número que antes, y que todos se juntasen y fuesen en su alcance y que el
que se resistiese lo ahorcasen; cuya comisión fue conferida a Don Tomás Guz-
mán, mestizo y en la que le escribía al Cura le prevenía mandase poner una
horca en medio de la plaza; en respuesta de esta le escribió otra dicho cura,
diciéndole que las diligencias se habían practicado y que estuviese seguro de
lo que le había prometido, remitiéndole al mismo tiempo una carga de unos
quesitos del tamaño del pan de a cuatro, que corre hoy en esta ciudad. Que
tras de esta le escribió otra cuyo asunto era decirle, que ya contemplaba en sus
manos la antecedente y que sabía que del Corregidor de Tinta, difunto, tenía
varios barriles de mantequilla y vino de España, como también unos botes de
tabaco en polvo y que le hiciese cariño de remitirle; en efecto le remitió un
barril de mantequilla, otro de vino, cuatro o seis botes de dicho tabaco y algu-
nas batellas de dicho vino de España, encargándole siempre remitiese la gente;
/. 14 como en efecto vino bastante en seguimiento de Tupac Amaro, que unos
le encontraron en Tungasuca y otros en el camino, y dos de ellos fueron a la
carpa donde estaba el rebelde a presentarse y preguntados por el Cura le res-
pondieron, que había quedado de venir en su alcance con la demás gente y que
por este motivo no habían venido todos juntos. Que de estos dos sujetos sabe
de ciencia cierta y por haberlo visto que tenían Íntima correspondencia, pero
que de otros ignora si le hayan escrito o no, y que sólo dicho rebelde y su mu-
jer en varias ocasiones que los indios se quejaban del mayordomo de la ha-
cienda del Doctor Don Domingo Astete, les decía que no se atreviesen a mo-
ver nada de ella, porque antes este caballero había ofrecido su caudal y cuanto
tenía; esto fue cuando dicho mayordomo había escrito a su patrón dicho Doc-
tor Don Domingo y cuyo contexto era decirle, que los indios alzados habían
hecho mucho daño a la hacienda y disipado muchas ovejas, que estaban en
riesgo de que lo matasen, porque si lo estorbaba lo amenazaban de que le qui-
tarían la vida; y los indios le presentaron esta carta a Tupa Amaro y el mayor-
domo que la escribía, que era un fulano Ba /. 14v lero, se presentó ante dicho
Tupa Amaro, quien entonces le dió una comisión expresando en ella que nin-
guna persona hiciese el menor daño a aquella hacienda y que si contraviniesen
perdería su vida. Esto sucedió en el pueblo de Tungasuca y que en este parti-
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